Sergio Sebastián Farías se recibió el viernes pasado de ingeniero agrónomo, tras defender su tesis en la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE). Pero esta no es una historia más del montón.
El hombre de 33 años es oriundo de Villa Salavina, una localidad ubicada en el departamento Salavina. Es hijo de Roberto y Juana, quienes solo cuentan con estudios primarios.
“La verdad que uno piensa, muchas veces, en dejar de estudiar y ayudar a la familia porque en esta etapa de estudios solo generamos gastos y no llegamos a medir los frutos que vendrán más adelante”, admitió Farías en comunicación con el equipo de Nuevo Diario.
Roberto, quien trabajó durante varios años como peón golondrina y albañil, y Juana, ama de casa, tuvieron ocho hijos más: dos son enfermeros y el resto no pudo estudiar.
“Tuve la oportunidad de estudiar y llegar a la universidad”, agradece el flamante ingeniero, que pasó por instituciones educativas del paraje Verón (departamento Salavina) y Añatuya (departamento General Taboada).
Primeros pasos
La carrera de Farías inició en 2017, año en el que nació Mateo, su hijo. Rápidamente, tuvo que comenzar a trabajar “por necesidad económica”: se ubicó en una empresa dedicada al rubro de la agricultura, en Tintina, departamento Moreno.
Allí se estableció -hasta la actualidad- junto a Ana, su pareja, y sus dos hijos (también tiene una beba llamada Eva).
“Debido principalmente al trabajo, me retrasé en la etapa final de la carrera”, deslizó.
Un logro que vale mucho
Villa Salavina era una localidad que contaba con unos 829 habitantes, según el censo de 2010. La vigencia del dato, en rigor, es lo de menos: Sergio Sebastián Farías se convirtió en el primer salavinero en recibirse de ingeniero agrónomo.
“El logro es un premio al esfuerzo de todos. Es una emoción enorme para toda la familia y una alegría para el mismo pueblo de Villa Salavina”, celebró.
El hombre, luego de recibirse, partió a su localidad. Allí fue recibido por sus vecinos, quienes le desplegaron una caravana para felicitarlo. “Con el tiempo te vas dando cuenta de que el esfuerzo no es vano”, cayó en cuenta.
“En Villa Salavina está mi raíz. Es toda mi vida, difícilmente podría abandonarlo. Apuesto a mi pueblo en cada proyecto que me planteo. Quiero verlo crecer”, manifestó.
Mensaje a la juventud
Al ingeniero le pareció importante incluir un mensaje a los jóvenes: “El que tenga la posibilidad de estudiar, con más o menos recursos, que lo haga. Con esfuerzo, dedicación y querer ser, todo se puede”, aconsejó.
Farías también distinguió que “nuestra provincia tiene, en gran parte de su población, familias de bajos recursos”, por lo que consideró “importante mantener a la universidad (en referencia la UNSE)”.
También deseó “de todo corazón” que en Santiago del Estero “se generen puestos de trabajo” para “no tener que migrar por ellos, como pasa en más de la mitad de mi familia, que tuvieron que irse a Buenos Aires u otras provincias”.
