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La Provincia #FechaPatria

Monseñor Bokalic destacó la ???unión y la paz??? en la homilía del 9 de Julio

El obispo de la Diócesis de Santiago del Estero fue quien ofició el solemne Tedeum en este marco de actividades por la fecha Patria.

En el marco del acto central ayer por el 9 de Julio y los 206 años de Declaración de la Independencia en el país, tuvo lugar el solemne Tedeum en la Catedral Basílica, que fue oficiado por el obispo de la provincia, monseñor Vicente Bokalic.

 

“La celebración de la Declaración de la Independencia nos convoca en esta Catedral Basílica para dar gracias y pedir por nuestra Patria, unidos a todos los que habitamos esta tierra bendita del trigo y el pan. Cada 9 de Julio nos posibilita recordar, honrar y celebrar a los próceres que después de arduas jornadas de encuentros y debates tuvieron la grandeza y decisión de declarar la Independencia del poder colonial. Así nació una nueva Nación. Hacer memoria de los tiempos fundacionales y su desarrollo histórico, nos ayuda a conocer y comprender nuestro presente y renovar los ideales de aquellos hombres, que supieron postergar aspiraciones personales y sectoriales para alumbrar algo más grande, un bien superior: el bien de la Patria”, expresó primeramente.

 

“El Evangelio de hoy nos narra cómo Jesús, después de haber presentado claramente las exigencias de la vida apostólica, ‘designó a otros setenta y dos apóstoles, además de los doce, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios donde Él debía ir’. El número setenta y dos tiene un valor simbólico de universalidad, idea, propia de aquella época, de que las naciones que poblaban la Tierra eran 72. Por lo tanto, se insiste en la universidad del envío: el mensaje es para todos los pueblos de la Tierra”, siguió.

 

Asimismo, prosiguió: “¿Cuál es el contenido del anuncio? La paz, el don de la paz. Para la Biblia, la paz indica el conjunto de los bienes mesiánicos esperados para la era escatológica. Llega incluso a identificarse con la salvación. La presencia de Jesús es la presencia de la paz; recibir a Jesús es recibir la paz de Dios. Para recibir esta paz de Dios se requiere una disposición, estar abiertos a recibirla, ser ‘hijo de la paz’. En esta estrecha vinculación con la paz está el anuncio de la llegada del Reino de Dios, que trae la verdadera paz. Al mismo tiempo la paz, junto con la curación de los enfermos pasa a ser el signo de la llegada del Reino a una persona y a una familia o casa”.

 

“En distintas latitudes del mundo golpean las guerras, la hambruna, los millones de desplazados, migrantes y refugiados, inmersos en la pobreza y en la desesperanza que buscan pan, libertad y paz. Ciertamente que vivimos tiempos muy difíciles. Nuestro país sufre una profunda crisis -ya prolongada por años- donde en muchos hogares falta el pan de cada día, un techo digno, un trabajo estable y bien remunerado. Con pocos horizontes para los jóvenes, con muchísimos hermanos y hermanas carentes de los bienes esenciales que les den dignidad y esperanza. La brecha de la desigualdad ha crecido profundamente en estos últimos años”, remarcó.

 

 Y agregó: “Nos urge reiniciar una tarea inmensa, reconstruyendo vínculos vecinales, sociales, fraternos y amigables en los cuales todos sean incluidos y donde cada uno tenga acceso a los bienes esenciales. La Patria necesita de personas que estén dispuestas a construir el arte de la escucha respetuosa del otro, creando un clima de diálogo sereno”.

Vicente Bokalic
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