La investigación en torno a la muerte del sargento de la Policía de la Provincia Jorge Pavón (38 años), quien anteayer a la tarde se descerrajó un disparo en el pecho con su arma reglamentaria, no solo develó la insostenible relación de pareja que transitaba con la madre de su hija, sino también el supuesto “seguimiento” que él le realizaba a la mujer.
De acuerdo con las averiguaciones policiales, la pareja convivía desde 2013 y residían en el barrio Villa del Carmen de la zona oeste de la ciudad Capital.
En los últimos tiempos, la relación sentimental se había deteriorado y las discusiones eran frecuentes, algunas de ellas de tenor muy fuerte, en las que ella le manifestaba que eso ya no era vida y que la situación le provocaba mucho dolor.
La pareja del sargento, quien es docente, brindó su testimonio y habría afirmado que en medio de los enfrentamientos verbales que tenían asiduamente, el uniformado la amenazó con el arma de fuego, aunque ella no quiso denunciar el hecho en la Policía ni en la Justicia porque lo iba a perjudicar a él en su trabajo. En este sentido, sostuvo que a causa de este incidente y de las frecuentes discusiones que mantenía con Pavón, a quien calificó como “muy cerrado”, ella sufría de ataques de pánico, a tal punto de retirarse el domingo último de la vivienda con su hija hacia la casa de una familiar para evitar nuevos enfrentamientos.
La investigación del caso develó además que el día del trágico suceso, el sargento se trasladó hasta un colegio secundario de la zona norte de la ciudad Capital, donde trabaja su pareja como docente, y le sacó una foto sin que ella supiera. En tanto, a las 11.15, le envió mensajes de texto en los que le reprochaba: “Así sufres”, “bien feliz estás”, “hoy me mataste”.
Pavón fue encontrado sin vida a las 16.45 en un desagüe pluvial que surca la rotonda Nuestra Señora del Carmen del barrio Autonomía. Su cuerpo fue hallado adentro del curso artificial de agua, acostado sobre las paredes revestidas del canal, y junto al cuerpo estaba su pistola 9 milímetros. Para llegar al lugar, antes estacionó su auto en uno de los extremos de la rotonda, en cercanías de un supermercado y caminó 300 metros, hasta cerca del mástil.
