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Policiales Homicidio en La Banda

“No me jodas, yo te voy a hincar”, fue la advertencia de “Gonzalito”

Ayer, sepultaron los restos del joven que fue asesinado de una puñalada en el cuello por su “amigo”, quien luego fue a comprar pan.

Gonzalo Vázquez -20 años- vivía en el barrio Juan Perón de la ciudad de La Banda. Fue detenido cuando salía de comprar pan en una panadería ubicada en el casco céntrico de la “Cuna de Poetas y Cantores”. Está acusado de ser el asesino de Mauro Frías, de 25 años.

Eran las 6.30 del miércoles, cuando “Gonzalito” y “Pentabo” se encontraban ingiriendo bebidas alcohólicas en una casa abandonada ubicada en Antenor Álvarez del barrio Juan Perón. Se habrían “desconocido”, por diferencias de vieja data que tenían entre ellos.

Según se desprende de la investigación que lleva a cabo la fiscal coordinadora de Banda y Robles, Dra. Natalia Saavedra, conjuntamente con la Policía de la Provincia, la víctima y su agresor solían cuidar automóviles en eventos deportivos y espectáculos artísticos que se realizaban en Capital o La Banda.

Ambos recibían pago por su trabajo, pero al momento de repartir el dinero la porción que le correspondía a cada uno no era equitativa. Desde ese momento en adelante, los dos amigos comenzaron a tener problemas.

De acuerdo con lo manifestado por un testigo a Nuevo Diario, “Gonzalito” estaba decidido a cobrarse lo que su amigo “Pentabo” le había “hecho”. Se reunían y compartían momentos, pero el agresor no se olvidaba de que su amigo se había quedado con dinero que era de él.

Hacía unas semanas, en una discusión que mantuvieron, “Gonzalito” le habría manifestado a viva voz a “Pentabo”: “No me jodas a mí, yo te voy a hincar chango”. Al tiempo que le habría realizado el ademán de que le pasaría el cuchillo por el cuello.

Los días pasaron y varias “picas” entre ellos fueron alentando el odio de “Gonzalito”, quien estaba celoso del cariño que “Pentabo” recibía tanto de los comerciantes donde solían trabajar, por su bondad y buena predisposición para los quehaceres y mandados.

Se estima que la trágica madrugada, Vázquez y Frías –que se encontraban junto a una tercera persona que presenció el incidente- comenzaron a discutir. Sin dudar, el homicida se levantó y se paró delante de la víctima, a quien le asestó una herida mortal en el cuello con un arma blanca.

“Pentabo”, ensangrentado y malherido, comenzó a correr pidiendo ayuda. Llegó a la casa de un familiar en el pasaje San Luis, donde ingresó y luego se descompensó en el interior del inmueble. El dueño del lugar corrió a alertar a su familia de lo que había pasado, pero cuando llegó el personal de emergencias determinó que lamentablemente el joven se encontraba sin vida.

Vázquez fue apresado por la Policía cerca de las doce del mediodía del fatídico miércoles, cuando salía de comprar pan en el casco céntrico. Aún vestía la ropa que usó cuando ultimó a su amigo; la que tenía manchas de sangre. Vázquez será indagado en las próximas horas, por la Fiscalía que interviene en el hecho con el fin de determinar fehacientemente el motivo que desató la pelea y cómo se produjo el grave ataque en contra de la víctima.

Con murgas y cantos, despidieron “Pentabo”

Pese al dolor que significa perder a un ser querido, los rostros rígidos por los “golpes de la vida” y sin derramar ni una lágrima, buscaban una respuesta a la tragedia que los azotó con el brutal crimen de Mauro Frías.

Conmocionados y tratando de sacar fuerzas de las entrañas, la familia Frías abrazó fuertemente a Marta –madre de la víctima-, quien estuvo acompañada por los amigos y vecinos que “Pentabo” supo cultivar en su corta vida.

Ayer, la calle Córdoba del barrio Villa Yanuzzi sintió la tristeza de perder a un vecino. Marcados por el dolor y el desconsuelo, entre murgas y cánticos, los seres queridos de Mauro le dieron el último adiós. El cortejo fúnebre terminó en el cementerio local.

Homicidio La Banda
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