Una joven de 27 años fue a divertirse en un boliche y regresó alrededor de la siete de la mañana del domingo último a su domicilio de la ciudad de Frías, departamento Choya. Antes de ingresar a la casa, fue sorprendida por su expareja, de quien se encuentra separada hace un mes. En este sentido, la mujer indicó que, a pesar de ello, el sujeto no acepta la ruptura y la hostiga constantemente para reiniciar la convivencia.
El exconcubino le propinó una trompada en la cabeza y la obligó a ingresar a la vivienda. El sospechoso la acusó de estar manteniendo una relación sentimental y que estuvo con su nuevo novio en el local bailable. La joven le explicó que solo había concurrido a pasar un buen momento con sus amigas.
Ultraje
A pesar de ello, el sujeto le arrebató el teléfono celular y lo estrelló contra el piso, provocando que se destruyera la pantalla y dejara de funcionar. Le propinó golpes de puño en la cabeza, le rompió la ropa y la arrojó sobre la cama, donde la abusó sexualmente, doblegando la resistencia de la víctima con la fuerza física.
Tras saciar sus bajos instintos, el sospechoso se durmió en el piso.
El intruso despertó al mediodía y la obligó a acompañarlo a almorzar en la casa de su madre, donde la mujer no contó lo sucedido por las amenazas que había sufrido. Por la tarde, la víctima se trasladó hasta la casa de su madre, donde buscó a su hija y al regresar a su vivienda, el acusado seguía en su casa. Le pidió que se retirara porque no quería saber nada más con él, pero el sujeto se negó.
El lunes por la tarde, la mujer se trasladó nuevamente a la casa de su madre, a quien le dijo que había “peleado” con su expareja y que la había agredido, aunque no le contó que había sido abusada sexualmente por vergüenza. Regresó por la noche a su casa y el sospechoso seguía en el interior. Volvió a pedirle que se retirara y la dejara en paz. Se inició una discusión, el sujeto tomó una botella de alcohol y amenazó con arrojarse el líquido inflamable para prenderse fuego. Se produjo un forcejeo y la mujer logró quitarle la botella. Seguidamente, el agresor volvió a golpearla en el rostro por haber evitado que se incendiara.
Huida
Momentos después arribó la amiga de la víctima, preocupada porque no respondía los mensajes de texto y llamadas. La presencia de la mujer provocó que el acusado se diera a la fuga.
La joven realizó la denuncia en la Comisaría Comunitaria Nº 3 y se informó el hecho a la Dra. Dahiana Pérez Vicens, representante de la Unidad Fiscal de Choya y Guasayán.
La funcionaria judicial ordenó que concretaran diversas medidas procesales.
