En la jornada de ayer, con la aparición de la primera estrella de la tarde, dio inicio el Año Nuevo Judío (Rosh Hashaná), una celebración para rezar, pedir por buenos deseos y agradecer.
Al respecto, en diálogo con Nuevo Diario, Elena Bumaguin, presidente de la Sociedad Israelita de Santiago del Estero, precisó: “Para nosotros, quienes integramos la comunidad judía, comienza el año 5782, Rosh Hashaná, o lo que se denomina el Año Nuevo Judío”, señaló Bumaguin.
“La celebración comienza cerca de las 7 de la tarde (por ayer) con la salida de la primera estrella y seguirá hasta el miércoles al mediodía. Nos situamos ante Dios y nos miramos hacia adentro, el camino que recorrimos en el año que termina y el que queremos recorrer en el que está comenzando”, agregó la presidenta de la Sociedad Israelita a nivel local.
Aportando detalles sobre este hecho, Bumaguin, añadió: “Las actividades inician desde el atardecer y continúan hasta el día siguiente. En todas partes del mundo, salvo en Israel, el festejo se extiende un día más, con la finalidad de que las personas judías puedan llegar a los lugares de festejos, por así decirlo de algún modo”.
En Santiago del Estero, las actividades dieron inicio en la tarde de ayer, en la sede de la Sociedad Israelita y se llevaron a cabo: rezos, la correspondiente bendición sobre la fecha y un pequeño brindis.
Cabe señalar, que a partir de esta celebración, la comunidad judía abre un período de reflexión y arrepentimiento sobre los pecados del año que culmina, que concluye el décimo día con la celebración de Iom Kipur o Día del Perdón.
Sobre este proceso, de gran importancia para la comunidad judía, Bumaguin, explicó que entre la celebración de Año Nuevo y los siguientes días, se desarrolla un tiempo de introspección que culmina con el sagrado Día del Perdón: “Es un día que el hombre toma contacto con Dios, para poder a consideración sus pecados”, manifestó. Este año, la mencionada celebración será desde el miércoles 15, hasta el día siguiente.
El principal cumplimiento de Rosh Hashaná consiste en hacer sonar el Shofar, el cuerno de carnero, que también representa el toque de la trompeta cuando un pueblo corona a su rey. El grito del Shofar es también un llamado al arrepentimiento, porque Rosh Hashaná es también el aniversario del primer pecado del hombre y de su arrepentimiento por dicho pecado. De esta manera se constituye el primero de los diez días de arrepentimiento que culminan en Iom Kipur, el Día del Perdón.
