El hecho delictivo sufrido por Peteco Carabajal, un artista reconocido en Argentina y que se difundió a través de los medios de comunicación de todo el país, provocó que se visibilizara la sextorsión, un chantaje que está en crecimiento y que nació con el avance del uso masivo de las redes sociales e implementos cibernéticos
La sextorsión es una extorsión en la que se amenaza a una persona con divulgar y hacer públicos videos e imágenes de su intimidad sexual. En el caso del artista santiagueño, que tomó estado público el jueves pasado, hecho por el cual hay detenidos, Peteco habría intercambiado fotos con una joven, tras lo cual comenzaron a solicitarle dinero para no difundirlas, lo que provocó que depositara cien mil pesos en una cuenta, en dos transferencias.
Diego Migliorisi, abogado especialista en cibercrimen y fundador de la Asociación Argentina de Lucha Contra el Cibercrimen (AALCC), indicó que la sextorsión es un delito que está en crecimiento en todo el país, aunque aclaró que “hay víctimas que por miedo o vergüenza no se animan a hacer la denuncia”.
En los últimos tiempos salieron a la luz otros casos similares en Buenos Aires, donde una de las víctimas llegó a depositar más de medio millón de pesos para evitar el escándalo social en su entorno.
“Caballero, como le estaba diciendo, estaría haciendo un collage con su cara, su pene y la conversación con la menor”, dice la voz del otro lado del teléfono de la víctima. El audio es el fragmento de una “sextorsión”.
Previamente, la víctima había ingresado a una aplicación para encontrar pareja. Allí conoció a una joven, avanzaron en la conversación e intercambiaron fotos. Lo que él no sabía era que la mujer que estaba del otro lado no era real. Atrás había alguien que simulaba ser otra persona y le enviaba fotos descargadas de Internet. Él sí mandó sus fotos privadas.
A los pocos días, el mundo se le derrumbó. Un llamado de un supuesto policía le decía que sabía que estaba intercambiando fotos con una menor y que si no pagaba una determinada suma de dinero, lo iban a escrachar en las redes sociales.
“Estaría haciendo viral en las redes sociales Instagram, Facebook, Twitter y medios de comunicación lo que hace en su tiempo libre, de acosar a las menores”, dice el supuesto policía. De fondo, se escucha el sonido típico de un centro de monitoreo con radios policiales.
“Comuníquese o va a tener que andar con una máscara y darles explicaciones a todos sus seguidores y familiares, caballero”, amenaza el delincuente. La víctima llegó a hacer transferencias de casi 550.000 pesos a través de la plataforma Mercado Pago.
“La víctima se endeudó sacando créditos, con sus tarjetas y hasta tuvo que pedirle dinero prestado a varios amigos y conocidos, hasta que decidió hacer la denuncia”, dijo uno de los investigadores. Finalmente, decidió realizar la denuncia, lo que provocó allanamientos y detenciones.
Otra modalidad
En otro caso, un hombre se presentó en la Fiscalía N° 1 de la localidad bonaerense de Pilar y contó que se había contactado vía Instagram con una joven que se hacía llamar “Sofía” y con la que intercambió fotografías sexuales. Más tarde comenzó a recibir llamadas y mensajes de WhatsApp de personas que decían ser miembros de una entidad de lucha contra la trata de personas. Esas personas le dijeron que “Sofía” era menor, que estaba cautiva en manos de una banda de trata de personas, que sabían que él estaba involucrado con la organización criminal y que si quería evitar un allanamiento y su detención, debía transferir una suma de dinero. De esta manera, llegaron a “sacarle” 110 mil pesos porque “no quería terminar preso”. Sin embargo, todo era una farsa y lo único real eran las fotos que él había enviado.
“Por miedo o vergüenza no se animan a denunciar”
Migliorisi, de la AALCC, afirmó que hay víctimas en todo el país que por miedo, vergüenza o efecto del shock no se animan a denunciar” y los delincuentes utilizan el mismo modus operandi. Para darle más credibilidad a este “cuento del tío” virtual, los estafadores ambientan la llamada con el sonido de fondo de un centro de monitoreo policial al que se puede acceder fácilmente a través de Youtube. “Esto le da cierta credibilidad y produce un efecto psicológico en la víctima. Lo analizó nuestro equipo de psicología”, dijo Migliorisi.
“Es fundamental la capacitación permanente del usuario porque el crimen organizado ya está de lleno en la web. En este caso, por lo visto, podemos decir que no utilizaron mucha sofisticación. En 2019 fue un boom la sextorsión desde Costa de Marfil. Hoy ya está acá y mejorado”, agregó.
Consejos a tener en cuenta para no caer en el chantaje
La sextorsión es una forma de chantaje en la que se amenaza a una persona con divulgar y hacer públicos videos e imágenes de su intimidad sexual. Piden dinero en efectivo, depósitos o por transferencias. También transferencias en criptomonedas, ya que es muy difícil rastrear al destinatario. Estos son algunos de los consejos a tener en cuenta para no ser víctimas de este hecho delictivo:
1) No comparta fotos íntimas a través de redes sociales o Internet.
2) Tape las cámaras de su computadora y celular.
3) Mantenga actualizados los antivirus y antimalware en su computadora y celular.
4) No instale aplicaciones y programas no oficiales ya que pueden tener programas espía.
5) Proteja sus dispositivos con una contraseña segura.
6) Verifique que su dispositivo esté cifrando su información.
7) No abra archivos “.exe”. Son programas que se instalan en la computadora.
8) Asegúrese que las promociones que abra sean de sitios oficiales con los que compartió datos.
9) Realice la denuncia si es víctima.
En Santiago, usan las imágenes para intentar reanudar la relación
Los intercambios de fotos y videos íntimos en los buenos momentos de la pareja, posteriormente se transforman en un dolor de cabeza. En Santiago del Estero, se incrementaron en los últimos tiempos las denuncias de mujeres que son víctimas del chantaje de exconcubinos o exnovios. Los jóvenes y hombres las amenazan con difundir las imágenes íntimas si no reanudan las relaciones sentimentales que se truncaron por distintos motivos.
En otros casos, hubo también denuncias y procedimientos en contra de hombres que se hacían pasar por niños y niñas en las redes sociales, con identidad y foto de perfil falsas, y se pusieron en contacto con menores, con quienes llegaron a intercambiar imágenes, aunque posteriormente les exigían que les enviaran más fotos o videos para no difundir las que ya habían enviado, al parecer, con el fin de ingresarlas a la red de pornografía infantil.