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El Mundo #HorrorEnTenerife

La casualidad que permitió encontrar a Olivia y que Tomás Gimeno no contempló

Las investigaciones sobre el ancla que usó el padre de las niñas en su plan filicida y de venganza contra Beatriz Zimmermann.

En el caso del filicidio de las niñas de Tenerife, Anna y Olivia, Tomás Gimeno pareciera haber calculado hasta el último detalle su plan.

 

Como cita el diario El Mundo, según la jueza y los responsables de guardia Civil, Gimeno procuró un lugar no sólo inaccesible sino prácticamente ingobernable.

 

Con sus conocimientos de ese sector del océano, buscó una zona profunda e inhóspita, usada para el frente a la costa de Tenerife usada para el descarte de barcos por su profundo calado.

 

La zona que las geolocalizaciones marcaron como el posible escenario donde Gimeno lanzó a sus hijas al mar, cuenta la nota de El Mundo, se utiliza como un depósito de embarcaciones. Gimeno era consciente de eso.

 

Pero no calculó que una de estas naves viejas iba a posibilitar el hallazgo de Olivia. Ya que el ancla con la cual lastró a su hija mayor y presumiblemente a Anna, quedó enganchada en uno de estos barcos.

 

De esta manera, su localización revistió menos complicaciones que si las bolsas se hubieran depositado en el fondo marino.

 

Los investigadores sostienen que, por este motivo, pensó que allí nunca los encontrarían.

 

Aunque no tuvo en cuenta la posibilidad de la búsqueda con un buque oceanográfico. De hecho, es la primera vez que se usa la embarcación del Instituto Nacional de Oceanografía en una causa similar.

 

Los agentes de la Guardia Civil de Tenerife tuvieron que convencer a la magistrada para desplazar desde Galicia al buque pese a sus elevados costos.

 

Para ello, le presentaron un exhaustivo informe sobre los indicios en esa zona. Aunque las expectativas eran limitadas.

 

El hecho de que el ancla quedara trabada en una embarcación hundida jugó a favor de la búsqueda. Eso lo tienen muy presente los responsables de la investigación.

 

La búsqueda Anna y Gimeno

 

La realidad es que las perspectivas de dar con los cuerpos de Gimeno y de la pequeña Anna se desvanecen con el paso de las horas.

 

Con respecto al padre, las sospechas apuntan a que se habría suicidado en alta mar.

 

Los técnicos de la Unidad Central Operativa localizaron la última señal de su móvil a unos 20 kilómetros del lugar en el que fue hallada a Olivia.

 

La desaparición de Anna y Olivia

 

Las dos niñas, Anna de un año y Olivia de seis, fueron dadas por desaparecidas el 27 de abril.

 

Según la policía, ese día su padre, Tomás Gimeno, realizó una última llamada "con un tono de despedida" a la madre, de quien estaba separado.

 

Luego de una intensa búsqueda con el buque oceanográfico y un robot submarino, fue hallado el cuerpo de Olivia a mil metros de profundidad. La niña estaba dentro de una bolsa atada al ancla de una embarcación del padre.

 

Se supo en ese momento que Tomás Gimeno "mató a sus dos hijas en su casa y luego arrojó los cuerpos al mar".

 

Para la justicia, el objetivo del padre, con paradero desconocido, no era "sustraerlas de su madre sino presuntamente darles muerte de forma planificada y premeditada, para provocar un inhumano dolor en su ex pareja".

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