Tal cual lo había anticipado el Multimedio, en el transcurso de la jornada de ayer, el Ministerio Público Fiscal, representado por las Dras. Mariela Bitar de Papa y Érika Leguizamón, recibió las indagatorias a los cuatro detenidos por la sustracción de vacunas contra el Covid-19, hecho por el que solo uno de ellos declaró y develó que la Dra. Florencia Coronel, jefa del Programa de Inmunizaciones y otras contadas personas, eran las únicas que tenían acceso a las llaves del “ultrafreezer”, donde se depositaban las dosis tras ser recepcionadas en el Ministerio de Salud.
Cabe señalar que durante los interrogatorios, el enfermero Dante Daniel Díaz y su esposa María Angélica Coronel, hicieron uso del derecho constitucional que les asiste y decidieron abstenerse de declarar ante las fiscales. Ambos fueron asistidos legalmente por el abogado Mariano Eugenio Chavarría, quien por estrategia procesal les recomendó mantenerse en silencio, por lo menos hasta tener acceso a las piezas probatorias con que cuenta la fiscalía.
Otro enfermero declaró
Quien sí declaró ampliamente es el enfermero Fermín Ernesto Medina (53), más conocido como “Cuqui”, que cuenta con la representación legal de la abogada Sandra Inés Zemán. El inculpado negó haber estado en el ministerio el día que se produjo el hurto de las vacunas, asegurando haber estado en un inmueble situado en calle Saavedra, donde funcionará un vacunatorio del ministerio, con lo que trató de poner distancia con el hecho ilícito.
Medina fue contundente al revelar que, entre las contadas personas, tenía acceso a las llaves del “ultrafreezer” la Dra. Florencia Coronel, jefa del Programa de Inmunizaciones del Ministerio de Salud.
Asimismo, mencionó que él y Omar Edgardo Véliz trabajaban en horarios distintos al que cumplía Dante Daniel Díaz.
Explicó que él y Véliz trabajaban de 7 a 10, y que Díaz lo hacía desde las 10 hasta el mediodía y que, si era necesario, cuando llegaban vacunas, iban en horas de la siesta.
“La caja vacía de Sputnik es una conservadora desechable”
El declarante Fermín Ernesto Medina sostuvo que, respecto de la caja vacía de vacuna Sputnik V que los policías hallaron en su domicilio, “se trata de una conservadora desechable, que llevé para guardar otros remedios”.
Cabe señalar que los cuatro detenidos se encuentran acusados del delito de hurto agravado y adulteración de sustancias medicinales (Art. 163, Inc. 5 y Art. 200 del Código Penal), en perjuicio del Estado provincial.
La Dra. Zemán presentará un escrito y pedirá fijar una audiencia para solicitar la excarcelación de su cliente, providencia procesal que deberá definir la Justicia actuante una vez concretada.
Medina, con sus dichos, intentó aportar al expediente elementos fácticos que lo alejen de la severa imputación que pesa sobre su persona y que deberán ser analizados en las próximas horas por los investigadores, en un cotejo global de sus dichos con los elementos probatorios que obran en la causa.
Habría guardado las vacunas en la heladera de su casa
Respecto de cómo habría sido el modus operandi del enfermero Dante Daniel Díaz para sustraer las vacunas, trascendió que al regresar para guardar dosis que habían sobrado en los operativos, le entregaron las llaves del “ultrafreezer”, y que al salir habría dejado abierta una de las puertas.
Luego regresó alrededor de las 20, según lo muestran las filmaciones que constan en poder de la Justicia y fue en esa oportunidad que sustrajo las 300 dosis de vacuna, que colocó en el interior de una mochila y las trasladó hasta su domicilio, situado en el capitalino barrio San Germés.
Según trascendió, las habría guardado en una heladera de uso doméstico, por lo que habrían quedado inutilizadas ante la ineficiencia de los requerimientos técnicos de frío para la correcta conservación de las mismas.
Los extremos supuestos por los investigadores deberán ser corroborados por técnicos especializados en materia pericial a designar por la Justicia.
