El 28 de marzo, la muerte de su abuela entristeció de sobremanera a una estudiante de 14 años. Sabía que, a partir de ese momento, su vida podría volver a convertirse en un calvario. Con su abuela materna se sentía protegida y podía hacer una vida como cualquier adolescente de su edad.
Las sombras de un pasado triste y desolador al que su madre la sometió durante varios años rondaba nuevamente su camino. Sabía que, en cualquier momento, iba a tener que volver a la casa de su madre, donde vivía con la mujer con su actual pareja y un hermano de éste. El cuñado de su madre la había abusado sexualmente en reiteradas oportunidades, por lo que temía que esa tragedia se produjera nuevamente y no pudiera evitarlo.
Pasaban los días, en medio de nervios. La tristeza por la muerte de su abuela y el saber que en cualquier momento iba a ser obligada a vivir con su madre, la llevaba a sufrir ataques de pánicos. Los nervios la colapsaron en jueves último.
La alumna del Colegio Secundario Agrotécnico sabía que su progenitora había viajado desde Nueva Esperanza –departamento Pellegrini- donde residen, hacia la ciudad Capital para realizar los trámites pertinentes para recuperar la tenencia de la adolescente. Días antes, mientras su abuela empeoraba en su salud, la mujer le había dicho a su hija: “Apenas se muera tu abuela, vas a venir a vivir conmigo, con mi pareja y su hermano. Quédate tranquila, que esta vez no te hará nada”.
Ella sabía que el sujeto en el mes de septiembre de 2020 la había sometido sexualmente. La menor le había contado a su madre las vejaciones que sufría en manos del depravado. Pero ella, lejos de protegerla y hacer la denuncia, la agredía constantemente. La sometía a constantes malos tratos tantos físicos como psicológicos.
La menor sabía que su madre trataba de “recuperarla” para llevarla a vivir nuevamente con ella. Esa idea la “esclavizó” durante el día entero. Hasta que su cuerpo y su psicología colapsaron. La estudiante se descompensó en medio de la clase. Sufrió una crisis de nervios y un cuadro de ataque de pánico. Su presión arterial bajó.
De inmediato, la menor fue auxiliada por el personal de emergencia del hospital zonal de Nueva Esperanza que se encontraba realizando la campaña de vacunación contra el Covid-19. Fue trasladada al centro de salud, donde fue estabilizada y medicada, mientras era contenida por su preceptora que la acompañó como “si fuera su madre”.
En crisis de nervios, posteriormente, la víctima comenzó a implorarle a la docente, residente en el barrio San Fernando de la ciudad de La Banda, que “no la dejara sola y que no permitiera que volviera a la casa de su madre”.
Ante la situación, la estudiante se quebró. Llorando reveló que era víctima de abusos sexuales por parte del hermano de la actual pareja de su madre y que la mujer la sometía a constantes malos tratos, tanto físicos como psicológicos. Temía por su vida.
El hecho fue alertado a la directora del centro de salud, que conjuntamente con la Dra. Carolina Vargas, de la ONG Abrazar Infancias, brindaron la asistencia correspondiente a la menor. Posteriormente, se radicó la denuncia penal en la sede de la Oficina del Menor y la Familia de Nueva Esperanza y se dio intervención en el hecho a la Fiscalía de turno de la circunscripción Capital, que ordenó las pesquisas correspondientes.
“Mi mami sabe que me abusaron”
Mientras la Fiscalía inició las pesquisas pertinentes sobre los pormenores de los abusos que sufrió la víctima en manos del cuñado de su madre, se conoció que se solicitaron las pericias del teléfono de la estudiante.
“El hermano del novio de mi mami me abusó. Mi mami sabe, pero no quiere hacer la denuncia”, le había manifestado a través de mensajes de WhatsApp a una de sus tías y a sus primas que son menores.
La adolescente intentó pedir ayuda entre sus allegados, pero nunca tuvo la contención necesaria ni la que buscaba de parte de su madre.
Desde la ONG Abrazar Infancias brindan la asistencia correspondiente a la víctima y a sus familiares tras el caso aberrante.
Pericias psicológicas y exámenes
En la mañana de ayer, acompañada por su padre –quien reside en la localidad de Burruyacu, provincia de Tucumán- y de su tía paterna, la adolescente de 14 años fue trasladada a la ciudad Capital, donde fue entrevistada por psicólogos del Poder Judicial.
La misma habría brindado detalles de los abusos que sufrió en manos del actual cuñado de su madre; además de revelar que “años anteriores también fue víctima de ataques sexuales, pero no pudo recordar las identidades de los depravados”.
Además, la menor fue examinada por el médico del Cuerpo Médico Forense, quien constató las lesiones en la zona genital compatibles con el abuso sexual con acceso carnal en su contra.
