La historia de Franco Gutiérrez es una historia digna de imitar. Ya que, pese a no estar pasando por un buen momento económico, ayuda a los más necesitados donándole ropa y calzado que la gente tira y él los recoge cuando ejerce su labor de recolector de residuos.
Vive en finca Nación de El Carmen, tiene dos hijas y desde hace 10 años que cumple la función de recolector de residuos en esa localidad. Junto a su familia cumple esta loable tarea de ayudar a personas en situación de pobreza.
De pequeño vivió situaciones difíciles, “mis padres se separaron, no puede tener una buena familia, anduve en la calle. Yo nací en Tucumán y hace más de 23 años estoy en Jujuy”, expresó Franco en diálogo con Todo Jujuy.
Asimismo, señaló que “mi padre era alcohólico, así que asistentes sociales me llevaron a un hogar evangelista que me enseñaron a ser la persona que soy hoy en día. Ahí estuve hasta los 13 años, me vine a Jujuy, estuve viviendo con la madre de mi papá que me trataba muy mal”.
“Decidí irme y trabajar en algo, me fui a vivir con mi hermano y siempre tuve la idea de ayudar a otras personas. Gracias al hogar aprendí a apreciar cosas que otros no valoran, a darle valor a cosas que la gente tira. Luché mucho por la vivienda que tengo hoy en día, pasé por muchos problemas, hasta me estafaron con una casa que me vendió un familiar”, agregó.
Contó que desde que trabaja como recolector de residuos siempre se fijó en aquello que muchas personas tiran pero que les puede servir a otras y al tener a su suegra que es costurera empezó a restaurar ropa y calzado para donar
“Yo pasé hambre, pasé frío, necesité calzado, y se lo que es la pobreza y el sufrimiento. Todo eso lo entiendo, así que no quiero que otros los pasen. Siempre hay que ser agradecidos, hay que ayudar a los demás, aunque sea con un poquito a la gente le sirve mucho. Desde el año pasado me puse a juntar y cuando junté mucho lo publiqué. De ahí mucha gente me escribió que necesita y le estoy dando un pequeño bolsón”, mencionó.
En ese sentido sostuvo que “hay gente que no ocupa remeras, zapatillas o las tiene un poco rotas, yo las arreglo y las regalo. Para algunos eso es mucho y muy importante".
“Lamentablemente no ando bien económicamente por esa estafa. Pese a eso yo quiero ayudar a la gente y sueño con abrir un merendero porque en esa zona hay mucha pobreza. No quiero que sea político, darle algo bien a los chicos, no creo que les cambie la vida, pero pueden disfrutar, sentirse como familia y tener algo más”, dijo.
