Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Opinión #Opinión

Nueve Mitos

Los Psicópatas Integrados y los Narcisistas Encubiertos coinciden en su capacidad de camuflarse cual camaleones entre el común de la gente.

Lo hacen porque desde una edad precoz notan que hay algo muy diferente en su forma de ser, razón por la cual comienzan a estudiar el comportamiento de esos otros tan distintos a ellos. Analizan la lógica, los movimientos, las emociones, sus expresiones, forma de vestir, características físicas y ponen especial atención en la gestualidad que más adelante querrán copiar. 

 

 

 

Los seres humanos empáticos no logran comprender la lógica del psicópata ni sus necesidades especiales. Solo a través de las víctimas es posible observar el daño que provocan y cómo cada aprendizaje que adquieren los ayuda a tener herramientas para manipular y seducir mejor a quién se proponen.

 

 

 

Hay muchos mitos sobre los psicópatas integrados y otros tantos axiomas y preguntas frecuentes sobre los cuales vale la pena realizar algunas aclaraciones.

 

 

 

 

¿El psicópata sabe que es psicópata?

Algunos saben, otros no; les da igual. Ellos no tienen ningún impedimento en saber que son diferentes; pero no tienen interés en definir sus características de personalidad ni en analizar sus conductas y mucho menos en hacer un examen de conciencia sobre el daño que causan a sus víctimas.

 

Saben que hacen daño y no les interesa. Algunos narcisistas de un espectro menos dañino puede ser que no tengan la capacidad de registrar el dolo que provocan debido a la falta de empatía. Vale la pena recordar que no sienten culpa ni remordimiento y obviamente carecen de empatía.

 

 

 

 

¿Un psicópata ataca a otro psicópata?

Si bien es cierto que muchas veces se asocian y unen entre ellos para un fin común. Puede ser con fines sociales, para incrementar sus finanzas, por conveniencia, por política, por lo que sea. Saben que no les conviene atacar a alguien que les resulta amenazante por algún motivo. Prefieren evitar una confrontación con alguien que les despierta algún tipo de “respeto”; pero cuando hay que depredar, en algún momento se empezarán a pelear entre ellos. A veces puede ser posterior a muchos años de relación y en ese momento se verá quién es el más fuerte.

 

Es falso el mito de que “los psicópatas no comen carne de su carne”

 

 

 

 

¿Todos Los psicópatas son criminales?

Ciertamente es falso. De hecho, en esta columna nos referimos solamente a los Psicópatas Integrados, que difícilmente lleguen a delinquir al nivel de caer en prisión. Ellos juegan con los límites de la ley, se burlan de la justicia; pero saben cuáles son los baches constitucionales, usándolos a su favor. 

 

La característica diferencial del psicópata criminal está en sus necesidades que pueden ser desde matar, violar, descuartizar hasta el canibalismo; todas contempladas por la ley, que constituyen un delito y están penalizadas. 

 

Las necesidades del psicópata integrado tienen que ver con dominar, abusar, maltratar, intimidar, engañar, parasitar, disfrutar del sufrimiento de sus víctimas y aniquilar la personalidad de los otros. 

 

Todo esto se mantiene en el terreno tácito del código de convivencia que establece la cultura a través de la socialización.

 

 

 

 

¿Un psicópata no siente emociones? Los psicópatas no sienten empatía, no tienen culpa ni remordimiento. Pero aman la adrenalina. Sienten euforia. Tienen la fábrica de la envidia, la ira y el odio.

 

 

 

¿Todos Los psicópatas son extremadamente inteligentes?

Algunos son extremadamente inteligentes, otros no poseen ese don.

 

 

 

 

¿Todos los psicópatas son hombres?

La mayoría de los estudios sobre psicopatía se han hecho en las cárceles de hombres. A los psicópatas integrados es muy difícil detectarlos y cuesta hacer investigaciones científicas sobre estas personalidades tan dañinas; pero las hay. Y reflejan que hay muchísimas mujeres psicópatas. 

 

Son tremendamente difíciles de identificar y la devastación que causan en sus víctimas es irreparable. 

 

 

 

 

¿Los Psicópatas no pisan el consultorio de un profesional de la salud mental?

Si bien es cierto que sus características son egosintónicas, es decir que no sienten malestar o incomodidad por su forma de enfrentarse a una determinada situación o problema. 

 

No solo no sienten que tienen algo a reparar; sino que la mayoría están orgullosos de ser así. Para ellos el Problema lo tienen los otros a quienes ven como cosas, Inferiores, utilitarias. 

 

Pero sí, van al consultorio; para aprender a manipular mejor.

 

Lo hacen para demostrarse que pueden engañar a los profesionales. Para probar si serán identificados en algún psicotécnico que tengan que pasar. Lo hacen para engañar en la corte, para obtener alto combustible en terapia de pareja denigrando a sus víctimas, victimizandose ellos y gozando de la desorientación del profesional tratante. También pueden acudir por otro trastorno que los aqueje. Por ejemplo, un cuadro depresivo reactivo y en muy raras ocasiones angustia.

 

 

 

 

¿Los psicópatas son locos?

No son ni locos ni enfermos. Al definirlos como locos y enfermos, la justicia los favorece. El peligro de pensar que tienen una enfermedad radica en la falsa ilusión de que pueda existir algún tratamiento y lo cierto es que no existe ningún tratamiento para esta manera de ser en la vida.

 

 

 

 

¿El psicópata nace o se hace?

El psicópata nace, el sociópata se hace.

 

La amígdala del cerebro de los individuos con psicopatía se presenta de menor tamaño que en el resto de la gente y se sabe que está involucrada en los procesos de socialización. Esta reducción hace que no pueda llegar a empatizar ni a identificarse con los sentimientos negativos de otras personas. Dentro de todo el espectro de trastornos por falta de empatía y luego de años de investigación la ciencia actual sostiene que estos trastornos se desarrollan por una interacción de factores genéticos, neurobiológicos, socioculturales y de aprendizaje conductual. Desde la mirada psicoanalítica, los excesos de estos individuos se deben a la falta de la inscripción del nombre del padre. La “ley del padre” se tiene que inscribir en un individuo para que respete los límites de los demás. Sin “inscripción del nombre del padre” no hay ley.

 

Sin ley hay excesos.

 

 

 

En los últimos años es notable cómo aumentó el caudal de damnificados. Probablemente se debe a que los psicópatas son más efectivos y se cansan más rápido de sus víctimas o que estas detectan la manipulación por la devastación intensiva que sufren. O que los psicópatas aumentaron en número en una sociedad en la cual los valores que se fomentan son muy similares a las características de los narcisistas y se naturalizan acontecimientos que antes eran inaceptables socialmente. Por suerte cada vez tenemos más información sobre este tema. Crece la casuística; pero también crecen los recursos para salir de las garras de estos depredadores.

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso