Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Opinión #Opinión

Historia del escritor de libros de autoayuda que se suicidó

A la gente le encanta buscar gurúes, mentores, ejemplos a seguir. Eso significa algo: Hay un inmenso mercado a explotar, con gente sedienta de consejos y fuentes de inspiración.

El problema que plantea esto es que son tantos los que quieren aprovechar esa veta. Hay de todo y encontrar uno bueno para quien no tiene experiencia es como llegar por primera vez a Bariloche con el fin de probar el mejor chocolate. 

 

¿Cuál elijo? ¿Cómo hago para gastar en los mejores? Mis recursos son limitados, no quiero comprar una caja de esos a los que si les pongo una mecha no se diferencian de una vela de sebo. Te lo dice alguien que en tu depuración posiblemente quede afuera.

 

Sólo en castellano hay en Youtube millones de videos con “iluminados” que venden soluciones para tu vida y situación económica. Muchos de ellos me hacen acordar a un famoso autor que escribe libros sobre cómo invertir; aunque se hizo millonario no por sus inversiones; sino por el éxito de sus libros dando consejos sobre cómo invertir.

 

En la mente de gran parte de los lectores debe haber surgido una y otra vez la pregunta: ¿Cómo darte cuenta si el que habla es un “chanta”? 

 

Pues bien, no existen chantas. A lo sumo hay quienes ocultan su realidad; pero vos escucha, leé y tomá lo que te sirva.

 

Me ha pasado de conocer unos consultores de Argentina, que se pasan todo el tiempo dando charlas y capacitaciones y me pregunto: ¿cuándo trabajan? Porque si dan las capacitaciones sobre temas evidentemente prácticos deberían proponer soluciones; aunque hablan mucho y no dicen nada. 

 

Sobre esta gente me llegaban publicidades todos los días, live aquí, zoom allá, con este, con aquel. Los he visto por curiosidad y leían lo que decían, era evidente. Lo que hablaban era un “biri biri” de cosas descolgadas de la realidad; pero en un momento tiraron un par de conceptos, desconectados de la realidad también aunque eran conceptos muy interesantes. Me podrían llegar a servir en algún momento. Eran frases “de libro” evidentemente, esos plagios imperceptibles que algunos oradores blanquean bajo el “me gustaría citar a …”. Se ve que estudiando lo encontraron y les gustó; pero obviamente no sabían cómo aplicarlo. 

 

Cuando casos así aparecen tienes dos caminos, uno (en el que he caído varias veces en el pasado) es el criticarlos, perderle el respeto al orador; el otro es seguir tu instinto. Si el transmisor no es serio; pero ese conocimiento a mí me puede servir, “palo y a la bolsa” como dice una amiga mía cada vez que recibe un piropo. A veces escuchar esas charlas es como pagarle a alguien para que lea por vos y te comente algunos conceptos. En ocasiones suele ser mejor que ver una película por TV.

 

Acordate, la gente se sorprende de aquello que le sorprende, aunque sean ellos mismos la causa de esa sorpresa. Y se despachan con auto halagos al punto de llegar a ser chocantes, así y todo hay gente que apenas se presenta vomita su curriculum. 

 

En esos casos prestá atención a lo que te cuenta, en especial allí donde hace demasiado énfasis. Es un apasionado de su trabajo o aún no puede creer que le haya salido un cliente de ese tipo, y quizá haya sido el único. O ha descubierto un mundo totalmente nuevo. Para él. La ciencia administrativa viene produciendo conocimiento masivo hace décadas. 

 

Quien realmente ha leído, toma sobre todo conciencia de lo que le falta aprender. 

 

También están los “contadores de clientes”, con muchísimas empresas como antecedentes. Recuerdo hace muchos años recién recibido y en una exposición de negocios había una consultora. En su stand llamaba la atención un panel lleno de logos, supuestamente de todas las empresas que habían formado parte de su cartera. Era muy llamativo dada la corta edad de los consultores, no daban los números con los tiempos. Resulta que habían puesto desde la empresa donde habían hecho una pasantía de un mes hasta aquella en la que realmente habían trabajado, pasando por una donde uno de ellos había laborado de cadete.

 

Youtube y las librerías están tan nutridos de gurúes como la viña del señor. Como en el tango Cambalache conviven improvisados con labia, con historias de éxito de gente muy sólida.

 

Lo bueno es que están al alcance de la mano, como los buenos chocolates no queda otra que probar, y un poco guiarse de recomendaciones aunque puede como suele suceder con frecuencia, que tu entorno esté fascinado con un producto de mediocre calidad.

 

Y no queda más que el ejercicio de aprender a depurar farsantes. Eso en mi experiencia se logra aplicando, equivocándose, acordándose de la madre y todos los parientes de algunos, y volviendo a leer y buscando más de otros como forma de agradecerles por ayudarte a conseguir pequeños éxitos. 

 

Y digo pequeños porque tu principal Gurú sos vos., a partir del día que escuchas a tu experiencia, a partir del día que comprendes que lo que te hace sabio y experto no es el legado de millares de mentores; sino la conciencia de todo lo que tienes para aprender.

 

No sea que caigas en la fascinación por el amor a la vida y el optimismo de aquel famoso escritor de libros de autoayuda, que terminó suicidándose.

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso