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El Mundo #EstadosUnidos

Alcohol, mucho sexo grupal y descontrol: la sorpresa de la Policía en un club swinger

Los efectivos encontraron a tres parejas manteniendo relaciones. Según el informe, las paredes de esa habitación clandestina estaban forradas con preservativos.

Un llamado a las autoridades advirtiendo sobre ruidos, música fuerte y mucho movimiento de gente el sábado pasado, provocó la visita de la policía de Nueva York al club Calígula en Queens. Cuando se abrieron las puertas quedó expuesto un mundillo de descontrol de una discoteca swinger que violaba prácticamente todas las notas de prevención contra el coronavirus.

 

Cuando llegaron los agentes, encontraron unas 80 personas, en su mayoría sin máscara, bebiendo ilegalmente y sin tener en cuenta ningún tipo de protocolo de distanciamiento social. Era un gran salón que contaba con una barra de tragos, un DJ y varias cajas de condones repartidas por doquier.

 

Además, en una pequeña habitación del local conocido como "el club más caliente de Nueva York", los policías encontraron a tres parejas manteniendo relaciones sexuales. Según los informes las paredes de este cuarto clandestino estaban forradas con preservativos.

 

La Oficina del Sheriff de la Gran Manzana, a través de su cuenta de Twitter, explicó que la reunión violaba las normas sanitarias de emergencia, así como regulaciones sobre la venta de alcohol, por lo que dos organizadores han sido acusados con varios cargos. El club tenía su sede en una parte de la ciudad donde las reuniones bajo techo actualmente están limitadas a solo 25 personas.

 

Además de la falta de distanciamiento social, Calígula, que recibe su nombre del famoso emperador romano libertino, tampoco tenía las licencias adecuadas para vender o almacenar alcohol en las instalaciones, dijo la policía.

 

Las fotos tomadas por el departamento del alguacil muestran cuatro camas blancas y un sofá de cuero negro apiñados en una pequeña habitación con una canasta que contiene lo que parecen ser preservativos en una de las camas.

 

Otra imagen muestra una caja de cartón llena de condones, con ropa interior tirada sobre la parte superior. También hay un cartel laminado blanco que parece mostrar los precios de una sala VIP, desde $ 30 por 10 minutos, hasta $ 500 por "¡Toda la noche!".

 

El gerente del negocio, Roy Bacoy, de 37 años, fue acusado de violar las medidas de emergencia, de operar un club con alcohol sin licencia y de las bebidas alcohólicas ilegalmente. Bacoy recibió una multa de 1.000 dólares por no proteger la salud y la seguridad, mientras que la empresa recibió una multa de 15.000, se aseguró desde la oficina del alguacil.

 

"Estábamos tratando de hacerlo de manera segura, llevábamos máscaras, solo queríamos escuchar música, eso es todo", aseguró al NY Post Jennifer Hayes, de 47 años, quien participó de la fiesta y tendría algún tipo de vinculación con el club. "No estábamos tratando de poner a nadie en peligro, manteníamos nuestra distancia de otras personas".

 

Esa misma noche, según informó el NY Times, se interrumpió otra fiesta clandestina en Manhattan con más de 120 personas reunidas para beber y bailar tras haber visto a decenas de personas acceder al inmueble.

 

Cinco personas, entre los que figuran el organizador, un camarero, un DJ y dos guardias de seguridad, se enfrentan a multas y cargos por el suministro de alcohol sin licencia, según la Oficina del Sheriff.

 

Estos dos casos se suman a una larga lista de eventos que en los últimos meses han ignorado las normas contra la covid-19 en la ciudad de Nueva York, con algunos muy sonados como una boda en una sinagoga a la que asistieron unas 7.000 personas y cuya organización se mantuvo en secreto para esquivar la vigilancia de las autoridades.

 

Esa celebración, que tuvo lugar el 8 de noviembre en un templo ultraortodoxo del vecindario de Williamsburg, en Brooklyn, salió a la luz este fin de semana y ha sido duramente criticada por las autoridades, en un momento en el que la Gran Manzana teme la llegada de una segunda ola del coronavirus.

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