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Un americanismo olvidado: La Unión Americana y Felipe Varela

La Unión Americana tiene raíces tan profundas que se relaciona con el conflicto interno más sangriento de EEUU: su Guerra Civil.

La Unión Americana es poco conocida e infravalorada como un ideario político, algunas voces dirán que es debido a que prácticamente no existió como tal y otras dirán que después de la Batalla de Pozo de Vargas se produjo un quiebre sobre la existencia de la misma.

 

Para poder entender el significado de la misma nos debemos situar en el momento histórico del continente americano y de Occidente. La Unión Americana tiene raíces tan profundas que se relaciona con el conflicto interno más sangriento de EEUU: su Guerra Civil. La crisis financiera mundial de 1857 empujo al norte a tomar medidas proteccionistas para su industria en desarrollo y el Sur se mantuvo librecambista para poder seguir exportando algodón y de esa manera salir de la crisis.

 

Cuando Abraham Lincoln asume la Presidencia esta diferencia entre el Norte y El Sur se hizo más evidente y se inició la guerra de secesión. En ese tiempo Inglaterra se erigía como la potencia dominante de Occidente debido a que fue la primera que logro la revolución industrial y el desarrollo de su banca financiera, por lo cual ella logro aunar el poder financiero e industrial y se vio a sí misma proyectándose a nivel global como una superpotencia.

 

La principal actividad industrial Inglesa en ese momento era la textil y dominaba el mercado mundial en forma casi total, El sur Norteamericano o confederado a partir de la guerra de secesión era el principal proveedor de su materia prima: el Algodón, siendo este por razones climáticas y de tipo de labranza infinitamente superior en calidad a otros algodones cosechados en otras latitudes. La Guerra de secesión comenzó a afectar tremendamente la producción del mismo lo que representó un grave peligro a la economía inglesa ya que la industria textil era el motor económico y el mayor generador de trabajo, por lo cual esta situación puso en riesgo la situación política y económica del país Anglosajón.

 

Fue el inicio de este conflicto lo que delineó la política exterior que aplicó El Reino Unido: como un plan continental para toda América. Entonces veremos la agresión de las potencias Europeas a México teniendo a Inglaterra como el cerebro y a Francia y España como los brazos ejecutores. También la invasión Española a República Dominicana. En el sur veremos la agresión a Perú por la isla de Chincha o del guano teniendo también a la banca Inglesa detrás del brazo ejecutor Español. La flota Española dirigida por el Almirante Pinzón se reabasteció en puertos Brasileros antes de atacar Perú y Chile. Esto muestra la complejidad de los planes británicos y alianza del Imperio Brasilero y del Gobierno Unitario Argentino aliado a su majestad Británica. Para 1865 Chile, Perú, Ecuador y Bolivia están en guerra contra España, por lo cual la solidaridad de las naciones del Pacifico fue total.

 

Frente  a la derrota la escuadra Española Bombardea la ciudad de Valparaíso de manera despiadada, esta situación producirá en Felipe Varela una profunda impresión. Los sudamericanos no tardaran en organizarse en torno a la unión americana junto a la intelectualidad, para hacer frente a esta situación que amenaza al continente, Varela será parte de la misma en su estadía en chile impregnándose del ideario americanista. En aquel momento la solidaridad frente al peligro no distingue entre argentinos, chilenos o peruanos, Perú y Chile solicitan ayuda al Gobierno Argentino pero Mitre la negara. Perú denunciara una Alianza secreta entre Mitre y el Imperio Brasilero. El mismo quedara demostrado con la Guerra a la hermana Nación del Paraguay y también aparece la sombra de Inglaterra detrás de la misma. Varela consciente del peligro en ciernes decide regresar a su país a luchar por los ideales que lo mueven sobre la Unión Americana y prueba de ello son algunos chilenos que se incorporan en su gesta para enfrentar esa alianza en contra de Argentina y la hermana Paraguay.

 

Pozo de Vargas y su escritura historiográfica en Santiago del EsteroHay una especie de uso del pasado en  la batalla de Vargas, la invasión de Varela y la actuación de los Taboada, en el NOA a mediados del siglo XIX. Pues, muchas agrupaciones intelectuales, dieron su parecer, sobre dichos actores y hechos, poniéndose de un lado o de otro.

 

La Brasa grupo cultural que se dedicó a la historia, realizo de mano de Oscar Juárez, una reinvindicación de los Taboada en la historia local. Con una serie de charlas sobre el tema, compilo las mismas, en un breve escrito que publicó en 1937, luego de darlas a conocer en fragmentos en la prensa. Para lo que nos interesa, Juárez sostiene que lo de Varela fue una sublevación de caudillos contra el orden nacional. En ese momento liberal y que el ejército taboadista, fue regional, es decir el pueblo santiagueño acompaño esta campaña, porque sus jefes representaron lo telúrico. En 1944 Luis Bravo y Taboada, le contesto a Juárez, desde el diario La Nación, desde una óptica revisionista, analizando la batalla de Pozo de Vargas, poniendo en entredicho el liberalismo taboadista, que arrastró a la región a una dependencia total de Buenos Aires. Este regionalismo, fue un posicionamiento que fue compartido, por muchos intelectuales santiagueños, los cuales escribieron incluso desde Buenos Aires. Dos años más tarde, desde la Junta de historia de Santiago del Estero, Alfredo Gárgaro, intento moderar el juicio negativo sobre los Taboada, pues abordo a Pozo de Vargas,  desde la red que el liberalismo mitrista, construyo en las provincias. Encontrando que los Taboada, sólo querían ubicar  a la provincia, en una situación provechosa para su desarrollo económico, de tal manera que se pueda integrar al capitalismo portuario.  Esta posición fue compartida por Leonardo Crisci, pero sosteniendo que Antonino Taboada, fue un importante gobernante para Santiago del Estero en el siglo XIX.

 

Dentro de lo que fue el Colegio Libre de Estudios Superiores en los años 50, que en el caso de Santiago del Estero fue la extensión de la Brasa en ese tiempo,  Arturo Bustos Navarro, como Luis Octavio Orieta, Bernardo Canal Feijóo y Horacio Rava, se interesaron por los Taboada y  Pozo de Vargas. Orieta, sostuvo que Pozo de Vargas, fue un logro de la organización nacional. Mientras que Bustos Navarro, reunió sus charlas y las convirtió en un libro publicado en 1962, en donde hizo una defensa de Varela y una crítica a la actitud de los Taboada, al dar la espalda a las provincias y al propio federalismo.  Esta especie de revisionismo tempranero, que provenía de las filas liberales, da cuenta de la incomodidad que tuvieron las elites intelectuales provincianas de estos grupos, para defender una posición que en el interior era indefendible. En 1967,  Hipólito Noriega y Horacio Rava  nuevamente, trataron el tema de Pozo de Vargas, intentando una interpretación de la historia local, que diera luz  sobre los Taboada, para poder cerrar una cierta aproximación al problema. Por un lado Noriega, sostuvo que la batalla, fue parte de una larga guerra entre unitarios y federales, la cual asolo al territorio argentino, durante todo el siglo XIX. Mientras que Rava, sólo dejo entrever que mucho de lo que se  sabe sobre el hecho bélico,  era sólo una leyenda, que debía cotejarse con documentos. Esto dejo mal parados, a los que luchaban por integrar  dicha gesta, a la memoria provincial, dejando de lado, el análisis de lo que realmente paso. 

 

Más tarde, el revisionismo siguió con la defensa de Varela, cuando  Néstor Achaval en 1993,, también cuestiona a Pozo de Vargas, porque fue la derrota del federalismo, para todo el NOA y el triunfo del centralismo porteño, que parecía que había liquidado toda resistencia en el interior. Y va más lejos, describe que los prisioneros de las fuerzas varelistas, fueron llevados al fortín La Viuda y el Bracho, dejando muy parado al taboadismo, que sufrió una serie de “rebeliones”  de sus propias fuerzas, al oponerse a la guerra del Paraguay y al mitrismo.  Más tarde,  Luis Alen Lascano (1996) dedico un fragmento a la cuestión citada, donde  el  federalismo varelista, que se llamó la Unión Americana, es visto como una reacción contra el liberalismo de Mitre. Santiago del Estero con los Taboada, se moviliza en consonancia con el gobierno nacional y Antonino Taboada  es el que ocupa la Rioja, con el cargo de inspector de Armas, ante el inminente ataque del ejército de Varela.  Mientras Tucumán y Santiago firman el pacto de Pozuelos, para formar un ejército y enviarlo a defender Rioja y Catamarca, al mando de Manuel Taboada. Mitre presidente en ese entonces, leyó esta confrontación como una invasión de chilenos, que había que rechazar y lo cierto que en ambas tropas hubo santiagueños, tucumanos, cuyanos, riojanos y catamarqueños.

 

El 10 de abril de 1867, en Pozo de Vargas (La Rioja), se enfrentaron ambos ejércitos, en un contexto negativo para los de Varela, ya que su aliado Juan Saá, fue derrotado por fuerzas nacionales, dejándolo sólo, frente a una confluencia de tropas enemigas, que podían cercarlo y perseguirlo, si era derrotado en Vargas.  La leyenda dice que en fragor de la batalla, se escucho una zamba, por lo cual los santiagueños reaccionaron y lograron vencer en la batalla. Alen Lascano  deshace dicha historia  mítica, exponiendo que los recursos de Taboada, superiores a los de Varela, definieron aquel combate entre argentinos.

 

En este breve recorrido, hemos dejado al descubierto, como la memoria histórica que se quiere mantener sobre un determinado periodo histórico, o sobre un hecho, esta cruzado por múltiples lecturas del mismo. Lo cual, deja claro, que las provincias y la nación, siempre estuvieron en una tensa convivencia, siendo la batalla de Pozo de Vargas, una prueba más del uso del pasado y la eterna disputa, entre discursos históricos y  el sentido que se le da estos.

 

Una  reflexiónLa Unión Americana y Felipe Varela, parecen ser dos actores de un mismo proceso, que afecto de sobremanera a todas las provincias del norte a mediados del siglo XIX. Cuando el contexto internacional daba señales de control de parte de las potencias, en todo el continente americano.  Hubo ciertas reacciones y una de ellas, fue la batalla de Pozo de Vargas, último coletazo de un naciente americanismo, que se opuso a las crecientes influencias de distintos tipos de imperialismos.

 

Pero a pesar de ello, la Unión Americana, no pudo ser destruida, pues su expansión ya dejaba huelas de un sendero para seguir. Hablar de la Unión Americana es recordar el aciago camino que recorrió Latinoamérica después de su Independencia de la Corona Española. Desde el México y su lucha por conservar su territorio y soberanía a la heroica Nicaragua que como un David enfrento las agresiones colonialistas a lo largo de su vida como Nación, sería un acto de justicia que la historia saque a la luz a esos protagonistas de todo el continente que no solo renunciaron a sus fortunas y sus vidas por el ideal de una América libre y soberana en pie de igualdad frente a las Potencias Europeas.

 

Por Daniel Guzmán Alcaraz (historiador) y Gustavo Varela (historiador).

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