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La Provincia #EspecialDíadelaMadre

Mamá de un hijo único y enfermera en el frente Covid-19: Amor y compromiso

Verónica Barraza representa en su persona a las miles de historias para homenajear y valorar en este Día de la Madre. Los besos y los abrazos tendrán que esperar, pero el contexto de pandemia, pondrá en valor la importancia del cariño materno.

Hoy no será un Día de la Madre como tantos otros años. El impacto de la pandemia y las medidas de prevención para evitar su propagación modificarán sustancialmente este día, que en otros contextos celebraba el encuentro y el amor entre madres e hijos. Pero no solo los hábitos se verán modificados este domingo, sino también la fecha resaltará el valor y la importancia de algunas historias de vida, que merecen ser contadas.

 

 

Verónica Barraza es, ante todo, mamá de Nicolás Suárez (19), su único hijo —según contó a Nuevo Diario—, pero además se desempeña como enfermera, en el sector de “atención de recuperación y casos sospechosos de Covid-19”, en una clínica privada de la zona Centro.

Su historia sirve para resaltar las situaciones laborales y humanas que miles de trabajadoras del sistema de salud atraviesan a partir de la pandemia y cómo el actual contexto potenció los lazos de madre e hijo y también las posicionó ante escenarios complejos, que con esfuerzo, calidad humana y profesionalismo, afrontan día a día.

 

 

“En este contexto de pandemia, esta fecha viene a ratificar la importancia de estos lazos tan fuertes. Ser madre es algo único e irrepetible, que no se puede explicar con palabras”, describe Verónica sobre sus sensaciones en esta fecha.

 

 

Su rol de madre es preponderante en cada una de las palabras de Verónica. En su relato a Nuevo Diario, cuenta que hace 5 años quedó viuda y que esto motivó un cambio muy profundo, no solo en su vida, sino también en su relación con Nicólas y el impacto que este doloroso momento significó para sus vidas.

 

 

“Nicolás en ese momento tenía 12 años y tuvimos que reinventar nuestras vidas. Fueron momentos difíciles, porque una se cuestionaba no poder estar en muchas situaciones de mi hijo, en muchos momentos cotidianos, pero también sabía que todo mi trabajo lo tenía que hacer por él. Por suerte, en esos momentos tuve un gran apoyo de mis hermanas: Sonia, Lidia y Fabiana”, recuerda.

 

 

“Llegar todos los días a mi casa y ver a mi hijo es un motor. Todos los días me levanto con más fuerzas por él”, agrega en este sentido.

Con 15 años de trabajo en la profesión, luego de terminar su formación universitaria en enfermería, Verónica destaca el valor y amor que siente por lo que hace: “Es una profesión muy bella y que amo, pero a veces se me hizo muy difícil combinarla con ser mamá. A veces esa dualidad de la profesión no respeta fechas especiales y nos posiciona en situaciones muy difíciles. Pero no tendría ninguna duda en volver a elegirla, porque es lo que amo”.

 

 

En esta cotidianidad, la llegada del coronavirus representó una gran incertidumbre, en la cual Verónica atravesó sensaciones y emociones, que recuerda con precisión y en particular destaca cómo esto modificó su relación con su hijo.

 

 

“La primera parte de la pandemia cuando comenzó allá por marzo fue principalmente una sensación de miedo, que tenía también que ver con lo desconocido. Y Nicolás también tenía mucha inquietud, por lo que era esta pandemia y a partir de mi trabajo, empezamos a aprender lo que eran las medidas de bioseguridad y comenzaron a modificarse nuestros hábitos. Nosotros somos muy compañeros, además de nuestra relación madre-hijo tenemos una gran confianza y sobre todo un gran cariño y afecto, entonces todo esto nos modificó mucho. Los abrazos y los besos empezaron a tener que esperar su tiempo, al llegar a casa y volver de mi trabajo, yo tenía que hacer todo el procedimiento para recién después saludarnos. Esto es algo que nos cuesta mucho, hasta el día de hoy, pero es algo que sabemos que lo tenemos que hacer”, manifestó Verónica.

 

 

Su trabajo en el frente de batalla contra la pandemia hizo que Verónica pueda presenciar muchas situaciones, de las cuales destaca algunas y sobre otras pone una mirada crítica: “Hay gente que todavía se toma en broma esto y piensa que no le puede pasar o se comporta de mala manera ante las situaciones. La pandemia vino a demostrarnos lo importante que es el contacto con el otro y la manera que cuidamos a nuestros seres queridos. Pero también se ha visto que salieron a relucir algunas miserias humanas, sobre todo al no cuidar al que tenemos al lado”.

Los festejos de hoy no tendrán la cercanía ni los besos y abrazos tan necesarios en esta época, pero historias como las de Verónica resignifican y elevan lo trascendental del rol de las madres.

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