Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
La Provincia #VecinosQueSonTapa

Carlos Coronel: un vecino que trabaja para ayudar a jóvenes con adicciones

Junto a su esposa Mónica, realiza una importante tarea social desde el barrio El Vinalar. Con la ayuda de profesionales, desarrolla diversas tareas solidarias.

La vida en los barrios santiagueños ofrece múltiples realidades y cientos de historias para contar. Las hay de las alegres, de las emotivas, de las tristes, de las complejas y también de las que incluyen problemáticas sociales como lo es el tema de las adicciones.

Es allí donde cobra importancia la persona y la historia de Carlos Amílcar Coronel, vecino del barrio El Vinalar. A sus 56 años, Carlos lleva adelante junto a varias personas y la compañía firme de su esposa Mónica, una gran tarea de ayuda a los jóvenes que por una u otra situación de su vida enfrentan situaciones de consumo de sustancias.

 

 

Nacido en el barrio 8 de Abril y con sus años de adolescencia transcurridos en el barrio John Kennedy, Carlos cuenta a Nuevo Diario que desde muy chico comenzó a tener la voluntad de ayudar a los demás y colaborar con los más vulnerables. De aquellos años recuerda su participación como monaguillo en las misas y también el comenzar a observar las necesidades de las personas, no solo materiales sino espirituales. “Mucho del trabajo que realizamos hoy en día tiene que ver con poder brindar contención desde lo psicológico y lo espiritual a las personas. Esto es tan importante como lo material”, afirmó este vecino de la zona sudoeste de ciudad Capital.

 

 

Carlos llegó al barrio El Vinalar hace unos años. Casado con Mónica, tiene junto a su esposa 3 hijos (dos mujeres y un varón) y destaca a su familia como algo muy importante a la hora de sostener esta elección de vida que realiza día a día. Si bien Carlos, tiempo atrás, profesaba la fe católica, hoy se reconoce como parte de la religión evangélica, pero remarca que “de lo que se trata es de ayudar y estar para el que más necesite”.

“El ver en las calles jóvenes que tienen problemas de consumo o que terminan cayendo en el delito me ha marcado de una manera especial. Yo creo que hay otro camino para todos esos adolescentes y por eso es que empecé a pensar en una manera de hacer más efectiva la ayuda”, expresó Carlos.

 

 

A partir de todas estas necesidades que desde joven supo ver y en su vida en el barrio El Vinalar, pudo sentir más de cerca, Carlos decidió junto a un grupo de personas y el apoyo incondicional de Mónica crear la asociación Rompiendo las Cadenas. “Desde la asociación Rompiendo las Cadenas tratamos de cambiar la forma de pensar de la juventud y también de brindarle una posibilidad de cambiar la mirada que se tiene sobre el concepto de la familia. El trabajo que llevamos adelante es principalmente con jóvenes que están en este momento con problemas de adicciones o que están atravesando algún problema a partir de delitos cometidos. A todos ellos tratamos de mostrarles que se puede iniciar otro camino, que no está perdido y para ello es que contamos con la ayuda de docentes que nos colaboran enseñando las cosas básicas a los chicos, también tenemos ayuda psicológica y un equipo de profesionales que colabora para que se pueda hacer un tratamiento integral de la problemática”, explicó Carlos.

“Cuando uno empieza en este tipo de cosas, empieza por los lugares más cercanos y allí es donde uno empieza a relacionarse con los vecinos y todo se vuelve como una gran red de ayuda. A partir de esto es que hemos también ampliado las actividades. Cuando podíamos íbamos a los hospitales, geriátricos, visitábamos a los chicos en la comisaría y muchos otras acciones que puedan servir para alentar el lado humano de cualquier persona de la zona que esté atravesando una situación difícil”, afirmó Carlos y destacó en este sentido el profundo sentir solidario del barrio y de las personas de bien.

 

 

Carlos reconoce que en el trabajo con los jóvenes hay algunas situaciones particulares que lo marcaron. “Hemos salido también antes de la pandemia a realizar algunas tareas en el interior y me quedó grabado el caso de un joven que tenía un problema muy acentuado con las adicciones y a partir de la ayuda del grupo pudo salir y hoy es un testimonio que cuando uno se lo propone lo puede lograr. Y lo mismo nos pasó con una jovencita del lugar”, sostuvo. Se trata de nunca perder la esperanza en los jóvenes, ellos son la fuerza”, cerró.

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso