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Opinión #Ataques

Frustran secuestro a gobernador en USA

Mientras se acercan las elecciones en Estados Unidos, sospechas y acusaciones cruzadas de intento de fraude convocan en aquel país a todo tipo de lunáticos tanto entre anarquistas de izquierda que atacan a la policía y queman ciudades como de grupos de ultra-derecha, uno de los cuales fue detenido momentos antes de comenzar la ejecución de un osado plan con el fin de realizar un golpe separatista para iniciar una guerra civil.

Agrandar imagen Según el FBI el complot comenzó a organizarse en junio cuando por Facebook los organizadores de este grupo pidieron 200 voluntarios para iniciar una guerra civil armada contra el gobierno de Michigan. Un agente encubierto del FBI respondió al pedido
Según el FBI el complot comenzó a organizarse en junio cuando por Facebook los organizadores de este grupo pidieron 200 voluntarios para iniciar una guerra civil armada contra el gobierno de Michigan. Un agente encubierto del FBI respondió al pedido

Gretchen Whitmer es la gobernadora demócrata del Estado de Michigan y se halla fuertemente enfrentada a las políticas federales del presidente Trump en su relación con el movimiento de reivindicación de derechos de la minoría negra, sus políticas económicas, y sus medidas sanitarias con respecto al Covid-19.

La gobernadora ha mantenido desde comienzos de abril una cuarentena estricta que la ha hecho blanco de las críticas de los grupos de ultraderecha. Ya a fines de abril un grupo de manifestantes armados había intentado copar la sede del Congreso Estatal para pedir su renuncia; pero esta manifestación fue disuelta en forma pacífica por la policía que no realizo detenciones en su momento. Las amenazas siguieron por redes sociales como Facebook donde llamaban a rebelarse contra el gobierno, considerando a Whitmer una traidora a la nación, y pedían su arresto y ejecución por tribunales populares. Exigían que se le cortase la cabeza.

En la primera semana de l corriente mes y año el Departamento de Justicia y el FBI anunciaban que habían realizado unas acciones conjuntas y simultáneas contra una organización paramilitar local de extrema derecha denominada los Vigilantes Woverines procediéndose a la detención de 13 integrantes de la misma, momentos antes de que comenzasen un operativo para secuestrar y matar a la gobernadora, tomar el Congreso local y la Casa de Gobierno Estatal, y llamar a una rebelión general con la esperanza de comenzar una guerra civil en defensa de sus derechos individuales.

Según el FBI el complot comenzó a organizarse en junio cuando por Facebook los organizadores de este grupo pidieron 200 voluntarios para iniciar una guerra civil armada contra el gobierno de Michigan. Un agente encubierto del FBI respondió al pedido y se sumó al grupo, al que comenzó a investigar.

En este punto podríamos también, para quitar dramatismo a estos eventos, cambiar el nombre de este artículo por el de “Cómo comenzar una guerra civil por Facebook y fallar en el intento”.

Pero volvamos al relato de esta historia. Durante el mes de julio el grupo comenzó a entrenar militarmente simulando combates cuerpo a cuerpo con armas largas y copamientos de infraestructuras en una propiedad privada perteneciente a un miembro de la milicia. Hablaron de conseguir explosivos antipersonales, que después fueron probados para comprobar su eficiencia. Luego pasaron a discutir el secuestrar a la gobernadora en su casa de vacaciones, a la que tenían bajo vigilancia, y pensaron cómo hacer para asesinar a la mujer policía que oficiaba de custodia. El fin último de este ataque era llevarla a una locación segura y juzgarla por traición en un tribunal popular para luego ejecutarla. Para todo eso redoblaron la vigilancia de su residencia desde el 12 de septiembre.

Aunque los detalles finales de la fecha todavía se estaban discutiendo a principios de este mes, el grupo ya había juntado dinero, comprado explosivos, pistolas Taser de 800.000 mil voltios y otros abastecimientos militares para comenzar el ataque. Y habían posteado nuevamente en Facebook que ya era tiempo que los patriotas aparecieran y que había que estar preparado para derramar sangre, transpirar y sacrificarse por la causa. Además de contribuir económicamente para la compra de armas.

El líder del grupo fue identificado como Adam Fox, en cuyo hogar se le encontraron 50 armas, y que respondió luego de ser interrogado de por qué las tenía en su poder, que “ya no se acuerda para qué las tenía, si eran para defenderse, o para atacar a alguien” (sic).

Luego de esta operación por parte de las fuerzas federales, el jueves 8 de este mes la gobernadora Withmer acusó a Trump de haber sido el instigador de este ataque tildándolo de irresponsable en el uso del lenguaje político, y de fallar en condenar a los grupos supremacistas blancos. Llamado Withmer a votar por su oponente, el candidato demócrata Biden en las próximas elecciones.

Más allá del uso político que se le quiera dar a este evento de magnitudes hasta ahora no vistos en las discusiones políticas de Estados Unidos, debemos decir que estas elecciones son las más polarizadas y violentas de la historia de aquel país en que ambos candidatos están hablando veladamente de no reconocer el triunfo del otro, y se acusan mutuamente de fraude electoral levantando las tensiones internas y convocando a los sectores más radicalizados de ambos bandos del espectro político, los que enturbiarán aun más las aguas en esta contienda que promete ser de todas la que efectos políticos y sociales más importantes tenga para los próximos años a nivel mundial debido a las posiciones enfrentadas tanto de Trump como de Biden en temas que van desde las relaciones internacionales entre los bloques de países poderosos, el cambio climático y temas como el aborto y la forma de entender la justicia social.

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