El licenciado Diego Ramos, referente del Centro de Capacitación Antonio Gramsci, dialogó este martes vía telefónica con el ciclo Actualidad Política, que se emite por Radio LV11.
Sobre el actual panorama político en Argentina en tiempos de pandemia, expresó: "Es preocupante, creo que tiene que ver con los escenarios de 2001, la aparición de Duhalde no es una casualidad, desde el 26 de agosto que viene haciendo ciertas insinuaciones contundentes y va tratando de establecer ciertas tendencias. Hay como una vuelta fuerte a la impugnación al Estado y la política. Hay una fuerte intención, y tiene que ver con la matriz ideológica. Algunos sectores que se dicen parte de la política, tienen un claro componente ideológico. Tiene que ver con el antagonismo puro. Los seres humanos somos antagónicos por naturaleza, partimos del conflicto. Cuando empieza a querer entrar al terreno de la política, es cuando se termina haciendo la antipolítica. Hoy hay un gran desafío de la dirigencia política, de los militantes y de la sociedad civil, disputar el sentido de la política. Creo que estamos en el desafío de redescubrir el sentido de la misma. Tiene que haber una gran responsabilidad de toda la dirigencia política. Hay un cierto movimiento que se está dando en la sociedad, en cuanto a sensación y percepción, y en el fondo hay un reclamo que tiene que ver con la ética de la solidaridad. Creo que nos estamos debiendo un gran debate en Argentina, en América Latina y el mundo. Cuando un joven dice soy apolitico, el solo hecho de que quiere hacer visible su palabra, sus visiones, está haciendo política. La pandemia ha producido el aceleramiento de ciertos desgastes: la paciencia, la esperanza se desgastan más rápido. Y se visibilizaron las grandes desigualdades. El mercado crea una gran dependencia, que cuando se corre un poquito hace emerger con fuerza la necesidad de consumir. La abstinencia del mercado a uno lo hace volver loco, a veces. También están los grandes especuladores, que abonan el antagonismo. Eso que apareció el 26 de agosto con Duhalde, se viene abonando, cultivando. Él entiende cuáles son los imaginarios de 2001: 'que se vayan todos'. Él no lo dice, pero hay que estar muy atentos al mensaje. Yo sigo creyendo en la política, en la palabra, el diálogo y la construcción. Lo que se quiere implementar es que prime el antagonismo".
