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El País #BuenosAires

"Es el 'tútú' de mamá", la pequeña de 3 años que llora cuando ve un patrullero

Se trata de la pequeña Dominique, hija de Micaela Romero, la joven policía de 23 años que fue asesinada por ser "cobani".

Dominique tiene 3 años. Hace un mes seis motochorros asesinaron a su mamá, Micaela Romero (23), por ser "cobani", por un celular, en Quilmes, Buenos Aires.

 

La agente de la Policía Federal había estado momentos antes en la casa de la madrina de su hija, adonde envolvió el regalo del Día del Niño: una caja de Peppa Pig que no llegaría a entregarle en mano porque la mataron a las siete de la mañana de aquel domingo 16 de agosto.

 

Micaela había ido a comprar cigarrillos a un quiosco con un amigo.

 

Estaban en la calle 395 (Chile) y avenida Carlos Pellegrini cuando los abordaron tres motos con dos ocupantes cada una. Eran de la misma zona y la reconocieron.

 

"Ella es cobani", advirtió uno. Entonces la joven le preguntó a uno de ellos, de 17 años, que había ido al mismo colegio: "¿Me vas a robar a mí?".

 

La respuesta del adolescente fue un balazo en el pecho, calibre 22

 

 

Los ladrones escaparon con el celular Samsung J2 y una gorra del amigo de la oficial.

 

Cuatro terminaron detenidos y otros dos siguen prófugos.

 

"Ahora Dominique ve un patrullero y dice que es ’el tutú de mamá’, que ’ahí está mamá’. Quiere que la llevemos donde está el patrullero para buscar a la madre. Llega la noche y como ella no viene, se enoja y llora",  cuenta  María Constante (39), mamá de Micaela, quien trabaja como auxiliar docente y este miércoles, a las 10, marchará para pedir justicia a los tribunales de Quilmes, en la calle Hipólito Yrigoyen 475.

 

La nena, que cumplió 3 años en abril, vive con su papá. "La Policía Federal está continuamente comunicándose con nosotros, nos ofrecen psicólogos y demás. Yo estoy viendo a un psicólogo, uno tiene que estar preparado para lo que viene con ella. Estoy rota por dentro y tengo que aguantarme el nudo en la garganta para poder luchar por ella, por mi nieta", afirma María.

 

A Micaela no llegaron a robarle nada. Su mamá recuperó en la comisaría del barrio lo que llevaba al momento del crimen: cigarrillos, un encendedor, plata y su celular, publica Clarín.

 

Los compañeros y jefes de Micaela le regalaron un triciclo a Dominique para el Día del Niño. "Han donado mucha plata para las cosas que se gastan: el sepelio, para la nena... Se los quiero agradecer", dice.

 

Desde que tenía 12 años, Romero repetía: "Quiero ser policía". No tenía familiares en ninguna fuerza de seguridad, pero ella sentía que era su vocación. "Siempre miraba películas y decía que quería ser policía, le nació desde siempre. Yo tenía miedo, trataba de mostrarle otras carreras, algo más tranquilo, trataba de guiarla para otro lado, pero ella -obstinada- quería seguir con eso", recuerda su madre

 

 

Micaela quedó embarazada en el último año del colegio. Se anotó en la Bonaerense y en la Federal, de donde la llamarían. Se recibió en diciembre de 2019 y al mes siguiente ya estaba trabajando en Mar del Plata. Como extrañaba a su hija, decidió volverse antes del inicio de la cuarentena.

 

Por el homicidio están presos Luis Sebastián Carnero (23) y Matías Vladimir Zamudio (21). Este miércoles vence el plazo judicial para ordenar sus preventivas. El primero tenía pedido de captura por robo desde mayo de 2019. También permanecen detenidos los dos adolescentes de 17 años.

 

"No tenemos ni una punta de los dos tipos que nos faltan porque los detenidos no hablan", se queja Constante, quien se lamenta que no pudieron despedir a su hija como se merecía, debido a la pandemia por el nuevo coronavirus, en el cementerio de Ezpeleta.

 

Micaela tenía siete hermanos, tanto por parte de la madre como del padre. "No voy a bajar los brazos, voy a luchar, no solamente por mi hija, sino para que uno pueda estar en paz en el barrio donde nació. Uno no puede tenerle miedo a su propio barrio, y para que no exista más esta gente que te rompe la vida en un segundo porque sí, por un celular", se lamenta.

 

La mujer advierte: "Voy a hacer justicia por mi hija, no voy a parar hasta encontrarlos a los seis, hasta demostrarle a la Justicia y a las leyes que estos menores, una vez que mataron, van a volver a matar, porque ellos van a salir y van a tener vida a los treinta y pico".

 

Los dos adolescentes detenidos vivían a tres cuadras de lo de Micaela, en el barrio La Colina. Los dos adultos, a seis, en el barrio Novak. "La movilización es para que se escuche y que la gente deje de tener miedo, que si los vecinos ven que le están robando a alguien salten, se metan, dejen de temerle a los delincuentes y nosotros tengamos que vivir adentro de nuestras casas, encerrados", explica Constante.

 

El expediente está a cargo de la fiscal María Julia Botasso, de la UFI 1 del Fuero de la Responsabilidad Penal Juvenil de Quilmes.

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