El obispo auxiliar de la Diócesis, monseñor Enrique Martínez Ossola, se refirió a la falta de encuentros con las comunidades y aseguró que luego de tantas actividades virtuales “siempre nos queda como un calorcito, el calorcito del encuentro. Porque la fe es como la gripe, se contagia por contacto; o sea necesitamos encontrarnos con nuestros hermanos, como pueblo inclusive. El encuentro nos fortalece, nos alegra y nos ayuda”.
Consultado sobre la cancelación de la fiesta chica del Señor de los Milagros de Mailín, el obispo explicó que fue “porque no vemos un progreso. Estamos con más de 100 días de encierro y no se ve que mejore la cosa, al contrario, va empeorando un poquito” y resaltó que “entonces habrá que esperar que esto encuentre una meseta, un tope y comience a descender. Esperamos también que se pueda encontrar una vacuna para que se pueda prevenir. Mientras tanto, respetamos las medidas de salud que propone el Gobierno y en esto uno quisiera vivir como hemos vivido siempre: el encuentro y la participación de la gente, el calor de la procesión y de los festejos que son momentos increíbles, pero todo eso no se puede hacer”.
Consultado sobre los casos de coronavirus en la iglesia, monseñor Martínez Ossola comentó: “Eso nos hace ver que no somos ajenos a esta pandemia. Tenemos que cuidarnos”. Agregó que “son situaciones a las que todos estamos expuestos, sobre todo los que trabajan para frenar esto, ya sea salud o seguridad”. Además, comentó: “Si me llegara a tocar, espero que me toque leve; yo no tengo otras complicaciones y sobre todo soy muy feliz, eso ayuda mucho a tener las defensas altas”. Pero remarcó que “uno se siente un poco inútil porque no puede hacer la tarea que venía haciendo; pero sería mucha inconsciencia salir a buscar este encuentro. Así ofrezco mi porción de libertad para que pase esta pandemia, es mi forma de colaborar y si todos colaboramos, salen más fáciles las cosas”.
