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Opinión #Perspectivas

Pandemia, idiosincrasias estatales

Valores y tradiciones encubiertas en cada una de las decisiones del Estado

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El avance de la pandemia y las nuevas configuraciones de los líderes de Estado

El virus que afecta a la humanidad hoy en día y que es conocido como Covid-19 no solamente ha desnudado a los ojos de la población la fragilidad de la vida y los sistemas estatales en los cuales cada uno de los ciudadanos estamos inmersos. También ha desnudado las diferentes manifestaciones y reacciones de los estados democráticos y gobiernos del mundo.

Para poder entender las diferencias de criterios y de acciones ejercidas por los mismos, estamos obligados a profundizar y sumergirnos en las bases de las sociedades nacionales; y no solamente detenernos en los análisis realizados por las grandes cadenas de comunicación.

Lo primero que sobresale es la forma en que los países occidentales y europeos fueron alcanzados con mayor ferocidad por esta pandemia, y cómo han respondido. Debemos destacar que la gran diferencia en la aproximación sobre el abordaje a la misma está constituida en primer lugar por la idiosincrasia y valores de los países de origen protestante por un lado; y los de tradición católica por el otro. Hay que indicar a nuestros lectores en forma resumida que protestantismo y catolicismo son dos formas diferentes de interpretar la religión, la moral y la vida. Pero también son dos formas contrastantes de interpretación de la palabra Divina y aunque en parte se amalgaman, su interpretación no constituye una unidad doctrinaria.

El protestantismo nunca fue una reforma ética de la religión universal; sino una revolución nacionalista a favor de los monarcas locales. Hoy nos preguntamos y vemos con asombro que los Estados Unidos, Gran Bretaña y los Estados del Norte Europeo priorizan sus economías y adoptan un enfoque más flexible en sus normas sanitarias, demostrando una teología estatal que se reviste de un falso racionalismo y de un sentido puramente mercantilista. Pero no debemos olvidarnos que estos estados europeos fueron partícipes de las dos catástrofes más grandes del siglo XX que explotaron en las dos guerras mundiales y el régimen nazi.

Y que Inglaterra siempre fue en sus conquistas más imperialista que imperial; mientras que Estados Unidos es conocido como el reino del materialismo capitalista utópico. No queremos extendernos de más en la historia de la colonización europea de América o de Asia, pero debemos notar una diferencia muy curiosa: ya que mientras los países católicos nunca tuvieron reparo en mezclarse con los nativos, las religiones protestantes nunca lo han hecho, como lo muestra la historia.

Cuentan que Calvino (1483-1564) en la peste de 1543 durante la noche de reyes, decidió no entrar en el hospital de apestados de Zúrich para auxiliar a los enfermos. Esta decisión de dejar en mano de D-s el destino de los enfermos y sufrientes y que la buenaventuranza haga sus milagros o la tarea de la naturaleza. Es la base fundamental de la reforma donde D-s predestina de antemano la suerte de la persona y no hay nada que se pueda hacer para salvar o condenar.

La salvación y la solidaridad son tarea de D-s y no de los hombres. Si a uno le “va bien” en la vida, si sus negocios son prósperos, si es virtuoso y vive con austeridad, es seguro que se salva. En cambio, si uno solo tiene desgracias en esta vida seguro es porque está condenado.

Y es por estos motivos ocultos y sellados dentro del ADN de las naciones por qué cada pueblo responde en forma diferente ante este enemigo común. Estas raíces culturales han florecido y están llevando al fin de Europa Occidental y a su ocaso irremediable. En la génesis de estos estados está su propia perdición que la lleva a vivir sus horas finales como centro del mundo desarrollado. Mientras por otro lado vemos que España, Italia, Israel y América hispano hablante cierran sus economías, cuentan a sus víctimas y les proveen todos los recaudos y menesteres necesarios para aliviar la pena y el sufrir de sus enfermos.

Los países europeos y anglosajones definen que es la biología de cada persona la que decide quien vivirá o morirá.

El estado europeo marca que la salvación siempre es individual y nunca colectiva. Bajo esta visión, la salvación propiamente dicha se define en el cuerpo del individuo y no a través de la comunidad en su conjunto. Es la voluntad de D-s a través de la biología que expresa su designio. Es por esto que estos países no han mostrado ningún reparo en poner primero los valores económicos y financieros antes que las almas de sus ciudadanos.

Se vive para ser un “homo economicus” y esta frase reduce la significación del individuo.

Este es el resumen del significado de la vida en Estados como Holanda, UK, Estados Unidos, Suecia, Noruega y hasta en Francia para citar algunos ejemplos. Esta es la diferencia de la ética europea y latinoamericana. Donde el grupo tiene que velar por el bienestar de los individuos. Y preservar al individuo es cuidar del grupo. Donde la solidaridad no es para con el Estado sino para con la persona como ente “universo” contenedora del alma insuflada por D-s en el cuerpo. Esta es la diferencia de visión sobre el cuidado y derechos de los individuos.

Palabras finales: en este artículo quisimos solamente hacer una introducción a las teorías del pensamiento occidental, seguramente la profundización de estos conceptos da para mucha más tinta y también para polémicas que quedarán abiertas para otros artículos.

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