Hay crisis que son sectoriales y hay crisis que son generales. Hoy en día la crisis es general; pero a algunos sectores les pega más que a otros. La industria farmacéutica ha seguido trabajando, la industria financiera si bien la concurrencia de público se ha acotado, sigue trabajando con relativa normalidad; pero no demandan productos de la industria gráfica. Los que no tenemos una estructura grande tratamos de mantenernos como podemos, los que tienen una estructura grande con muchos empleados la tienen más difícil dentro del sector.
La mano de obra:
Hoy hay una industria mixta donde lo digital convive con, lo mecánico, y en ese sentido tratan de sobrevivir. Con las nuevas tecnologías, un diseñador puede hacer el trabajo que hasta hace unos años hacían cinco o seis. Incluso en el offset donde antes se necesitaba personal para ir alimentando de papel y tintas las máquinas, hoy es todo automático, solo hay que programar desde una consola. En el rubro sigue habiendo una tecnología vieja conviviendo con lo moderno. De hecho los pequeños talleres con tecnología “vieja” se están defendiendo mejor que las empresas que tienen maquinas costosísimas y no están pudiendo amortizarlas.
¿El fin del libro en papel?
No tengo la respuesta a eso; hoy en día la edición en papel y la digital están conviviendo. Y todavía la edición en papel le gana a la digital. La gente que tiene más de 20 años aún cuando convive con los formatos digitales sigue prefiriendo el papel. Es de pensar que con el tiempo el formato digital gane la pulseada. La lucha contra la deforestación tiene su incidencia; pero hay una reconversión de la industria en algunos sentidos, uno de ellos es el papel a partir de la caña de azúcar y la plantación de árboles específicamente para papel.
La convivencia de gente de más de 50 que tiene necesidad de ver las cosas plasmadas en papel hace que la industria tenga aún un coletazo de supervivencia. Pero no tenemos elementos para predecir cuánto puede llegar a durar.
Pero hay una generación que ya no consume papel impreso. Ni hablar de quienes tienen menos de 20 años. No me imagino otra salida para la industria que el packaging.
En la cuarentena esta última creció un poco, sobre todo en los centros urbanos el delivery dio un impulso a esta actividad, desde el textil hasta la alimentación.
En cuanto a las etiquetas la industria del offset sigue siendo muy barato para grandes cantidades, no así en cantidades chicas porque se necesitan muchas unidades para amortizar los costos fijos. En pequeñas cantidades sigue siendo más barato el digital.
