Paholo Ramón Villagrán, santiagueño oriundo de Nueva Esperanza (departamento Pellegrini) dialogó hoy —vía telefónica— con el ciclo Actualidad Política, de Radio LV11.
Actualmente vive en Chipre, y fue casco azul y miembro de las Misiones de Paz de la ONU: "Chipre está ubicado es en el Mar Mediterráneo, es una pequeña isla, de una dimensión como Tucumán. Tenemos cerca Egipto, Israel y Turquía. Me fui de Nueva Esperanza en 2001 con el sueño de ser miembro de las Fuerzas Armadas, me integré a la Infantería de Marina apenas terminé el colegio en Nueva Esperanza. Mi mamá me decía 'termina el colegio y te vas'. Mi abuelo nos inculcó el amor por el servicio militar, cuando nos contaba de lo que había hecho en la 'colimba', y ese fue el comienzo de mi sueño, ser militar como mi abuelo. Empecé en artillería de campaña, en 2001. Las Fuerzas Armadas hacen una preselección y una selección de los soldados en base a muchas cuestiones, observando algo así como una planilla de antecedentes, y me seleccionaron en 2003 como suplente para las Misiones de Paz, después salió Kosovo y Chipre. En 2004 me tocó viajar con la Infantería de Marina. Chipre está dividido en dos partes, 45% de la población es turcochipriota, y el resto, griegochipriota. Estamos en una zona llamada 'green zone', una franja limítrofe entre medio de los dos, para que de ninguno de los dos pase nadie a la otra zona. Estuve en misión en 2004, y volví a argentina en 2005. Luego pedí la renuncia de la Infantería de Marina, cuando conocí a quien sería mi esposa, porque quería iniciar una nueva vida, más allá de amar la profesión, porque fueron apareciendo otras visiones de futuro. Tardó seis meses en salirme el retiro. Mi esposa se llama Gabriela, es de Rumania, y nos conocimos cuando era miembro de las Naciones Unidas. En 2005 me casé y empecé una nueva vida en Chipre. Comencé de cero acá mi vida, comencé a trabajar en una compañía de instalaciones eléctricas, como aprendiz, y a los 11 meses ya había aprendido lo básico y esencial de la electricidad", contó.
Consultado acerca de cómo vivió Chipre la pandemia, expresó: "Como todo ser humano, yo me vi sorprendido por las nuevas formas de vida, vivir encerrado, con muy pocas salidas. Aquí se implementó que nhabía que mandar mensajes para salir al mercado, farmacia, o hacer deportes (que se permite hacerlo solo). Mandábamos un mensaje, y de ese número nos respondían, y cuando la Policía nos pedía autorización parta circular, se fijaban en el celular para ver si la teníamos o no, y si estábamos dentro del Código Postal. Tratamos de ser responsables en cada momento, y hoy, hace 50 días, Chipre está libre de coronavirus. Se registraron menos de mil casos y 19 fallecidos, sobre un aproximado de 800 mil a 1.300.000 habitantes que tiene el país. Hoy podemos salir, pero con distanciamiento, salimos con barbijo. Seguimos en alerta", cerró.
