Corría 1958, y la ciudad de Frías, era sin dudas una excelente plaza para el boxeo de entrecasa, época en que había cantidad y calidad, que ilusionaba a los aficionados locales. Fue el momento del recordado Esteban Rolando Casal, quien comenzó en la categoría mosca, pero con el paso de los años finalizó siendo un púgil de la categoría Superligero (63,502 kg), en esos años se conocía Welter Juniors.
Casal (76) disfruta de su jubilación (empleado ferroviario) y despunta el vicio en su propio gimnasio, por decirlo de alguna manera, ya que tiene colgada una bolsa, un par de guantines, soga y mantiene las ganas de hacer algo de gimnasia.
En diálogo exclusivo con Nuevo Diario recordó su paso por el deporte de los puños.
—¿Qué le dio el boxeo?
—La verdad que muchas satisfacciones, muchos amigos y especialmente la posibilidad laboral.
—¿Cómo es eso?
—En esos años, don Barros Domínguez, de Villa Alberdi (Tucumán) era el organizador de las veladas y él tenía muchísima relación con gente del ferrocarril (Belgrano) y me consiguió trabajo. Hoy disfruto de mi jubilación. También fue quien trajo de Tucumán a Damián Vera, un fuerte pegador. Este se radicó en nuestra ciudad y se casó con la hermana de Romero, formando una excelente familia.
—¿Tuvo muchas peleas?
—Gracias a Dios tuve una buena campaña, creo que superé las cuarenta peleas, pasó tanto tiempo que a decir verdad no recuerdo. Pero tuve combates, en Frías, Tucumán, Salta y Catamarca.
—¿Había mucho boxeo en esos años, verdad?
—Sí. Un boxeo diferente a lo que vemos hoy. Se que es un poco odioso comparar épocas, en realidad me quedo con el viejo boxeo y la vieja escuela. A nivel nacional me queda la sensación que los entrenadores de ahora se olvidaron del boxeo elegante, bien parado, manejar la izquierda en punta, el esquive, caminar bien en el ring. Ahora todos salen a buscar la cabeza del rival, son una maquinita que al frente y punto. Hay pocas excepciones.
—¿En Frías?
—Se perdió mucho. Se que hay para hacer cosas, la gente responde en cada festival. Sería bueno mayor continuidad para motivar a los jóvenes, tenemos materia prima.
