La triatleta santiagueña Soledad Auad venía de tener un gran temporada 2019, subiéndose al podio en distintas competencias y para este año tenía varios objetivos planteados tanto a nivel local como nacional, pero debido al avance de la pandemia —que afectó al deporte en todo el mundo— ahora debe esperar para su regreso a la competencia.
En este sentido, el Multimedio dialogó en exclusiva con “Sole”, quien contó cómo está llevando adelante esta cuarentena obligatoria y luego repasó su carrera.
– ¿Cómo estas llevando esta cuarentena?
– La verdad que la estoy llevando bastante bien. Tuve sí unas semanas un tanto desconcertantes, como al mes y medio de la cuarentena, donde creo que empecé a tomar conciencia de que esto iba perfilándose para rato y por lo tanto los objetivos se iban disipando en relación a las competencias en las que me había propuesto participar este año. Eso me produjo mucha ansiedad y empecé también a no poder conciliar un buen sueño. Y bueno, digamos que mi “curva” a nivel emocional en lo deportivo iba cuesta abajo. Por suerte fui muy consciente de cada emoción y de las sensaciones que iba sintiendo, eso me ayudó mucho porque sabía que tenía que cambiar. Me obligaba yo misma a entrenar muchas veces, sabía que costaba arrancar, pero una vez terminada la rutina, gracias a mis queridos profesores Wilfredo y Mario, tenía la planificación cargada en la app todos los días. En medio de esto, en algún lugar leí una frase que me quedó grabada: “Cuando se acaba la motivación, queda la disciplina” y entendí esto que me estaba pasando, creo que fue mi motorcito esa disciplina que estaba presente en mí y la verdad que la conocí y adquirí recién en el triatlón. Siempre escuchaba que decían que el “tria” te cambiaba la vida, que era un “estilo de vida”, que si lo querías hacer bien, tu vida iba a ser muy diferente, mucho más de cuando solo corría o entrenaba en un gimnasio. Y sí, sin dudas fue así.
– ¿Crees que las medidas tomadas por el Gobierno fueron las adecuadas?
– Las medidas tomadas por el Gobierno me parecieron correctas, no podían ser de otra manera, al principio debían ser tajantes y drásticas, si es que se quería tratar de frenar la propagación del virus tanto en el país como en la provincia. Las consecuencias son según el ámbito desde donde lo mires, una cosa era la salud, otra muy distinta la economía. La balanza para algún lado debía inclinarse más, lamentablemente los intereses involucrados no van de la mano, pero había que elegir, y la decisión para el país entero con su costo-beneficio estimo fue analizada y estudiada. Y así como se viene dando, ir de a poco permitiendo la realización de las distintas actividades trato de ser positiva, y confío en que estos momentos de crisis, en todo sentido, son los que despiertan también el ingenio para abrirse paso a la situación. Todo pasa, hay que confiar en eso y tratar de mantenernos unidos en la idea de salir adelante.
– ¿Qué enseñanza crees que va a dejar esta pandemia mundial? ¿Crees que algo va a cambiar luego de lo que está sucediendo en el mundo?
– La enseñanza creo que va a estar en descubrir para algunos y reafirmar para otros el poder de adaptación que tenemos los seres humanos, la capacidad de resiliencia que cada uno tiene también. Esto creo nos está enseñando que en las cosas más simples es donde encontramos muchas veces la felicidad, cosas que la vorágine del día a día y del vivir en automático antes no nos permitía ver y mucho menos valorar. El encontrarte a vos mismo en tus facetas olvidadas y en permitirte armarte de nuevo. Ojalá que para muchos haya sido o venga siendo así. Ojalá que pueda crearse una conciencia mundial del valor en el cuidado y respeto del medio ambiente y de cada ser que convive en él, incluidos nosotros. Ojalá que el cambio sea positivo para todos, por más fuerte que sea el cimbronazo.
– ¿Cómo está integrada tu familia?
– Tengo una hija pequeña, 8 añitos, mi compañera fiel en todo, y mi fan número uno, como me dice ella. Es una niña maravillosa, dulce y cariñosa. En este tiempo de aislamiento social, lo que he aprendido de su sabiduría de niña y de sus charlas de otro mundo, la verdad que no tiene precio. Después mi familia en sí es pequeña, mis papás ya no están aquí, pero tengo una hermana, un cuñado y unos sobrinos maravillosos. Y después la familia elegida, que son los amigos y compañeros de locuras.
– ¿En qué lugar de la casa realizas los entrenamientos diarios y con qué implementos cuentas?
– Los entrenamientos diarios los realizo en el patio de mi casa, ahora que se viene el frío seguramente habrá veces que al menos rodillo y trabajos de fuerza los haré adentro. Mis elementos son básicos: una colchoneta, una bandita elástica, unos tensores, un par de mancuernas y fundamental, un rodillo para hacer bici.
– ¿Se extrañan las carreras o los entrenamientos al aire libre?
– Sí, claro que se extrañan y mucho. Espero que pronto salgan los permisos para hacer estas actividades al aire libre, como en algunas provincias ya se implementaron.
– ¿Cuál fue la anécdota más risueña que te pasó en una carrera?
– Anécdotas risueñas te puedo contar vistas en una circunstancia distinta hoy en día. En ese momento no fueron divertidas, te lo puedo asegurar, pero por ejemplo de llegar sobre la hora a una carrera, por distintas circunstancias y no escuchar ni las indicaciones que dan los organizadores porque el pensamiento está tapado con recitar los pasos que tienes que seguir en cada disciplina al entrar y salir del agua, subir y bajar de la bici y durante el trote, etc. Mis salidas del agua suelen ser graciosas, salgo mareada, encaro para cualquier lado (risas), general y graciosamente en las competencias que eran con pileta y no en el lago, por ejemplo, o perderme en el conteo de las vueltas de pileta y siempre hacer de más y que me estén gritando de afuera que salga (risas).
– Si tendrías que elegir el triunfo que más satisfacciones te dio, ¿cuál sería?
– El triatlón tiene varias distancias, súper sprint, sprint, olímpico, half o medio ironman que le llaman y el ironman. Son escaloncitos que vas subiendo una vez que decides practicar este deporte. Yo soy muy nueva aquí, recién empecé a practicarlo a fines de 2018, antes solo corría en calle y montaña de vez en cuando. Y bueno, fue un 2019 en donde me animé a llegar hasta el half en lo que son las distancias. Es un deporte muy duro, en donde con solo llegar a completar la distancia que sea ya es todo un logro, pero claro está que si esa llegada viene acompañada de un podio es doblemente gratificante. Pero bueno, por todo esto que te cuento, si tengo que elegir la competencia de “tria” en la que sentí mucha satisfacción, esa fue mi primer olímpico. Fue donde por primera vez me sentí una triatleta.
