Las ofrendas de los ritos esotéricos son casi comunes en las puertas de los cementerios del interior de la provincia, donde hay que desandar caminos polvorientos e ingresar en la espesura del monte para llegar a las necrópolis, donde por las noches se ve circular gente desconocida para los lugareños de la zona.
Sin embargo, en los últimos años, también se descubrieron estas ofrendas —que generan temor— en las veredas de bancos, financieras, comercios y hasta a orillas del río Dulce, a la altura de la ciudad Capital.
Esta vez, una ofrenda se descubrió en la vereda de la Comisaría Comunitaria Nº 6, junto a un árbol. Se trataba de una caja de cartón, correctamente cortada a la mitad y que contenía manzanas, naranjas, cebollas, lechuga y huevos sobre una gran cantidad de pochoclos. También había una botella de cerveza y una vela roja.
El hecho llamó la atención de los uniformados que decidieron arrojar en la basura la caja con la ofrenda, producto de un rito.
Sin embargo, no es la primera vez que sucede este tipo de descubrimiento. Hace pocos días, junto a una ofrenda había una gallina muerta, que también tuvo que ser descartada a los desperdicios durante la limpieza de la dependencia policial del barrio 8 de Abril.
Este tipo de ofrendas se concretan durante la noche y el que lleva a cabo la misma, por lo general, realiza un pedido a los “dioses”. Algunos se realizan con frutas, verduras, pochoclos y bebidas, aunque cuando la solicitud es “grande” se sacrifican animales, especialmente, aves de corral.
En este sentido, se sospecha que estos hechos podrían estar relacionados con “pedidos” que involucran a los presos que se encuentran alojados en la dependencia o al personal policial.
