David Díaz Salto (38 años) y su pareja, Adriana Santillán (33), y sus dos hijas Eliana Anabel Díaz Santillán (9) y Ornella Alejandra Díaz Santillán (6), vivían en calle Aristóbulo del Valle 1.373 casi Alfonsina Storni del barrio Dorrego de La Banda. Es la casa paterna del hombre, donde también reside su madre —Norma Salto— y circunstancialmente una de sus primas.
Ángel Díaz Salto (32), hermano de David, contó a Nuevo Diario que, antenoche, minutos antes de las 20, su madre —acompañada por David y su sobrina— se trasladó hasta un consultorio médico por una dolencia que estaba padeciendo. En la casa habían quedado Adriana y sus dos hijas.
Alrededor de las 20.30, Ángel —quien había estado en la casa paterna hasta las 19 y regresó a su casa— recibió un mensaje de texto de un vecino que le decía que desde la vivienda de su madre salía humo. “Lo llamé a mi hermano David y le dije lo que estaba pasando”, contó. Mientras tanto, ambos se trasladaron al domicilio del barrio Dorrego. David —quien trabaja en una farmacia— llegó primero en su camioneta. En el lugar ya estaba personal de la Comisaría Comunitaria Nº 14 que había sido convocado por los vecinos. Desde el fondo de la casa, donde está ubicada la habitación de las niñas y sus padres, salía un intenso humo y estaba cortado el suministro de energía eléctrica, a causa de la aparente activación de un disyuntor, afirmó Ángel.
David ingresó tres veces a la vivienda. En medio de la oscuridad y el humo buscó a su familia en el comedor, luego en la habitación de su madre y finalmente se dirigió a su habitación, donde dormía con su esposa e hijas. “La puerta de la pieza estaba cerrada con llave, no la podía abrir; tuve que abrirla de tres patadas”, le contó David a su hermano Ángel. Tras la apertura advirtieron que en el interior estaban su esposa y sus dos hijas tiradas. Las tres fueron rescatadas y trasladadas al Centro Integral de Salud Banda, donde momentos después Adriana Santillán y sus hijas Eliana y Ornella murieron, a pesar de las reanimaciones que les realizó el personal médico. Sus cuerpos no presentaban quemaduras, pero habían sufrido los efectos nocivos del monóxido de carbono.
Desde el dormitorio, de debajo de la cama, rescataron a un perro caniche, que era la mascota de las niñas. El animal sobrevivió.
Las tres víctimas murieron asfixiadas
Adriana Santillán y sus dos hijas, Eliana y Ornella, murieron asfixiadas por el monóxido de carbono, a causa del intenso humo que se concentró en el dormitorio cerrado, de acuerdo con la autopsia realizada a los cuerpos en la morgue.
Asimismo, el fiscal Hugo Herrera ordenó que se secuestrara la historia clínica de las víctimas para determinar si ingresaron con vida y si les realizaron reanimación cardiopulmonar (RCP).
El familiar reveló que los cuerpos fueron trasladados a Bandera Bajada, donde está toda la familia de Adriana, para ser sepultada junto a sus hijas.
El incendio se inició en la habitación
Los detectives de la División Homicidios y Delitos Complejos Banda y técnicos de Criminalística, bajo la supervisión del fiscal Hugo Herrera, realizaron ayer durante cinco horas una inspección ocular y pericias en a vivienda. De esta manera, determinaron que el incendio se inició en la habitación de las víctimas fatales, más específicamente en un sillón de gomapluma que generó un intenso humo en el dormitorio donde había una cama cucheta de las menores, una cama matrimonial, dos roperos y un chifonier. Con esto descartaron la primera hipótesis de un cortocircuito.
Hay preguntas sin respuestas
La puerta de la habitación del matrimonio y sus hijas estaba cerrada con llave, a tal punto que tuvo que violentarse la cerradura a puntapiés. La ventana también estaba cerrada. Los investigadores se preguntan por qué estaba cerrada la puerta y por qué, tras producirse el incendio, la mujer no atinó a abrir la ventana para sacar al menos a las niñas hacia el fondo de la propiedad. Sin embargo, no descartan que la mujer se haya desesperado y paralizado ante el siniestro que provocó un intenso humo que las desvaneció. Todo es materia de investigación de las autoridades policiales y judiciales.
Indagan el estado emocional de la mujer
Los investigadores secuestraron un teléfono celular de Adriana Santillán y otros aparatos de telefonía móvil que serán analizados para determinar si contienen algún tipo de información importante para la causa. En este sentido, los uniformados indagaron entre familiares y vecinos sobre el estado emocional de la mujer, quien era “muy cerrada”, de “pocas palabras”.
La mujer era oriunda de Bandera Bajada, mientras que la familia de David Díaz Salto es de Santa Catalina, un paraje cercano a la citada localidad del departamento Figueroa.
El hombre —quien conoció a Adriana hace 14 años— sostuvo ante los investigadores que había llevado a su madre al médico y se encontraba con ella cuando le comunicaron que salía humo de su casa. Fuentes revelaron que todo ellos será corroborado con testimonios e imágenes de cámaras de seguridad.
Secuestran envases con alcohol y nafta
Los investigadores encontraron en la habitación un bidón con nafta. David Díaz Salto indicó que el combustible era para la bordeadora que utilizaba cada vez que viajaba al departamento Figueroa, de donde son oriundas su familia y la de su esposa fallecida. Los policías también advirtieron la presencia de una botella con alcohol, un líquido inflamable que está presente en los últimos dos meses en todas las casas para prevenir el coronavirus. Sin embargo, también hallaron un encendedor.
En este sentido, a partir de las pericias, se trata de establecer si el incendio del sofá fue intencional o accidental.
Se realizaron hisopados en el sillón y en los envases para determinar la presencia de alguno de los restos de combustibles que fueron secuestrados ayer.
