Los crecientes episodios de violencia registrados en ocasión del desalojo de fiestas clandestinas o eventos, en donde se detecta la presencia de menores ingiriendo bebidas alcohólicas, despertó la preocupación de autoridades y organizaciones que trabajan en la prevención de esta problemática.
En diálogo con Nuevo Diario, Marcelo Arambuena, titular del Proyecto Padres, expresó su preocupación sobre la realidad que observan desde la institución que comanda.
“Si bien es esperable que cuando se producen los operativos de control de las fiestas clandestinas o aquellos eventos que no cuentan con una autorización policial, sean los menores quienes se muestren en contra de la autoridad y se nieguen a ser desalojados, en los últimos tiempos son cada vez más los adultos que llevan adelante esta conducta. Vemos a padres y a mayores responsables que agreden a las autoridades y se ponen del lado de los menores. Esta es una conducta que nos genera una gran preocupación”, señaló Arambuena.
“No solo estamos hablando de las fiestas clandestinas y de lo que esto representa, sino que también vemos a la salida de este tipo de eventos todos los episodios de violencia que se registran y esto se debe particularmente al descontrol en el consumo de sustancias que alteran el estado de los que allí concurren. No solamente hablamos de alcohol, sino de diversas drogas. También debemos alertar que aumenta cada vez más el número de armas blancas que se secuestran en este tipo de operativos”, agregó Arambuena.
Sobre la necesidad de ejecutar acciones sobre la problemática, Arambuena manifestó: “Estamos planificando desde el Proyecto Padres idear en un trabajo conjunto una solicitud a las autoridades que correspondan, para el dictado de una nueva ordenanza que contemple este tipo de conductas, principalmente referidas a los propietarios de lugares donde se desarrollen fiestas clandestinas o los adultos responsables. Se debe buscar otra normativa que sea más severa y ejemplificadora para que esto no se siga agravando”, determinó.
