En el marco de un fin de semana en el que la ciudad de Mar del Palta estuvo colmada, un descuido que podría haber arruinado las vacaciones de una joven pareja terminó en un gesto que vale la pena destacar y compartir.
Además de los afectados, la historia incluye un monedero con una importante suma de dinero y la buena actuación de dos turistas santiagueños. Los hechos tuvieron lugar el domingo, cerca de las 22.30, cuando Leandro y Ricardo Laitán, dos hermanos policías de la fuerza de seguridad de nuestra provincia, caminaban por la zona de la calle Darregueira en la ciudad de Mar del Plata, cuando uno de ellos casi pisa un bulto extraño sobre el piso.
Al agacharse para ver más de cerca, ambos se dieron cuenta que se trataba de un monedero. Sin ninguna persona cerca a la que se le podría haber caído, los oficiales abrieron el mismo en búsqueda del documento de identidad y hallaron, en cambio, una suma mayor a la esperada en un artículo de pequeñas dimensiones: un total de $ 17.000.
Pero eso no era todo. Entre los billetes, estaba el troquel de las últimas votaciones presidenciales de octubre. Impreso en el mismo, el nombre y apellido de una mujer, la dueña del monedero.
Rápidamente sacaron sus celulares, la buscaron por redes sociales y le dejaron mensajes tanto en su cuenta de Facebook como de Instagram. Como las horas pasaban y no llegaba ninguna respuesta, los hermanos Laitán se dirigieron a la Comisaría 3ª para devolver el dinero y dejar constancia del hallazgo y, sobre todo, la entrega del mismo.
Como suele suceder en las películas, cuando ambos policías estaban haciendo su ingreso al edificio ubicado en Padre Dutto 535, la mujer, de unos 21 años, respondió sorprendida.
Según pudo saber este medio, la joven se encontraba en la ciudad de vacaciones junto a su pareja, ambos oriundos de Capital Federal, y desde hacía unas horas se habían percatado de la falta del monedero, situación que afectaba en gran medida sus próximos días en la ciudad.
“La chica nos decía que no pensó nunca en encontrar su dinero y que creían que se les había caído el monedero cuando iban al supermercado. Estaba muy agradecida porque nos dijo que era el dinero de sus vacaciones”, señaló Leandro, quien también agregó: “Hicimos lo que había que hacer, pero está bueno compartirlo porque estos gestos se contagian”.
Un descuido que pudo arruinar unas vacaciones esperadas y planificadas, terminó en una actitud a destacar y compartir.
