La Unión de Trabajadores de la Tierra concretó durante la mañana de ayer una nueva edición del Feriazo, una expresión a nivel país de las familias campesinas-indígenas y pequeños agricultores, como planteo a la situación de vulnerabilidad social y de lucha contra el hambre.
Con un gran éxito y la numerosa adhesión de los vecinos de ciudad Capital, que se acercaron desde diversos barrios, el Feriazo se llevó a cabo de manera simultánea en la plaza Absalón Rojas, ubicada en Colón y Pedro León Gallo, y en el predio de Changolandia, ubicado en el parque Aguirre. Ambas actividades se desarrollaron de 9 a 12.
Los Feriazos surgieron desde la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra, como una estrategia de visibilización de las problemáticas del sector como: acceso a la tierra, cadenas intermediarias que determinan los precios, la explotación, etc. Además, se constituyen como herramienta de distribución de los alimentos, para barrios y ciudades que no podían acceder al alimento sano.
Desde la regional en nuestra provincia de la UTT, manifestaron que la idea es sostener esta propuesta en el tiempo y generar una solicitud a los municipios para que puedan solventar el traslado de la producción hacia los lugares de venta, como una manera de dar impulso a este dinámico sector de la economía popular. Asimismo que se logre una generación de espacios en condiciones, para que los productores puedan ofrecer el fruto de su trabajo.
Respecto de la réplica a nivel nacional de este tipo de acciones, desde la Unión de Trabajadores de la Tierra manifestaron: “Todos somos víctimas de un sistema irracional de comercialización, en el que pierde quien produce y quien consume, habiendo un promedio de un 400% de diferencia entre lo que vos pagas y lo que recibimos nosotros. Por eso, construimos canales directos, locales como la venta de bolsones de verdura, los almacenes de ramos generales, las ferias y los feriazos masivos, para que todos podamos acceder a alimento a precios justos, y nosotros también podamos venderlo a precio justo”.
“Somos esclavos de un modelo de agrotóxicos y por eso vamos aumentando cada día las hectáreas en producción agroecológica, sana para la tierra, para quien produce, para quien consume, y libre de trabajo explotado y de las multinacionales”, concluyeron los trabajadores.
