Argentina se ubica en el tercer lugar en toda América en cuanto a consumo de alcohol: 9,1 litros de alcohol puro per cápita/año. Aunque no se está consumiendo más que antes (9,3 en el último informe), otros países de la región han reducido el consumo más que Argentina.
Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recopila estadísticas con sus 194 Estados miembros, la Argentina se colocó detrás de Canadá (10 litros) y los Estados Unidos, con 9,3 litros, en el continente americano, y superó por primera vez a Chile (9 litros), que en el informe anterior (2014) estaba por delante.
En este sentido, Nuevo Diario habló con Luis Eduardo R., quien dentro de poco cumplirá 25 años de estar sobrio, ya que el mismo tuvo problemas de consumo.
Durante el inicio de su alocución, Luis se refirió a la difícil problemática que aún afecta a muchas personas. “El alcoholismo es una enfermedad lenta, progresiva y fatal. Esta problemática lleva hacia la muerte o la cárcel. Cuando se empieza con esta enfermedad, nadie se da cuenta al principio, hasta que se llega a un momento en que deseas solo beber, siempre acompañado por un grupo de influencia”, indicó.
Finalmente, comentó que hoy busca acompañar a los jóvenes brindando mensajes, ayudándolos a generar conciencia en el consumo de las diversas bebidas alcohólicas. “Ahora me dedico a ayudar”, señaló.
La importancia de los grupos de contención y su cambio
Las diferentes asociaciones de alcohólicos anónimos trabajan en varios puntos de la ciudad, como la que se encuentra en la iglesia San Francisco en Capital, en La Banda el grupo Los Lagos y pronto se abrirá una en el barrio San Martín. Se reúnen periódicamente y mantienen sus puertas abiertas a toda la comunidad.
Cuando Luis fue consultado sobre cómo se dio cuenta de su situación dijo: “Toqué fondo y vi a la misma muerte, y es ahí cuando dije: ‘hasta aquí llego’, quiero vivir, no quiero ser un NN o una víctima más del alcohol, porque el que siempre triunfa ahí es el alcohol, entre los tumultos, las fiestas, la algarabía, las fiestas, la misma violencia, el alcohol lleva a la víctima”.
