Signos de golpes en la piel de Olga y amenazas constantes que recibía de su exesposo, habían puesto en alerta a la familia Carrizo. No dudó en ayudarla y sacarla del calvario que estaba viviendo en manos de Ramón Héctor Ibáñez.
Angustiada, hacía aproximadamente tres meses, Olga le había contado a una de sus hermanas que “su vida había cambiado" y le reveló los constantes hechos de violencia doméstica de los que era víctima en manos de su esposo.
Noemí, sin dudarlo, la tranquilizó. Le aconsejó que abandonara la casa y que volviera a vivir con ella. Le acondicionó una humilde vivienda, donde iba a residir con sus seis hijas. Olga se animó a denunciar a su expareja y abandonó su casa. Decidió empezar de cero junto a sus hijas y a sus padres. Iba a vivir a escasos metros del calor del hogar materno.
“Ella pensaba que él —por Ibáñez— podía llegar a matarla delante de sus hijas y tenía miedo. Mi hermana radicó la denuncia y en Fiscalía de La Banda le dictaron una perimetral. Pero igual la amenazaba y buscaba siempre”, reveló su hermana Noemí a Nuevo Diario.
Entre lágrimas y conmocionada por la trágica muerte de Olga, Noemí remarcó: “Habíamos tenido una conversación en el patio de la casa de mi mami. Le pedí que ‘por favor dejara el lugar donde vivía y que viniera para aquí’. Mi hermana sufría mucho por lo que le estaba pasando. Había veces que le prohibía mantener contacto con nosotros y hasta la incitaba a pelear con su familia. Nosotros le decíamos que ‘no era una buena persona’. Pero mi hermana (por Olga) era como que nos escuchaba. Hoy no podemos creer lo que pasó. Nunca pensamos que una cosa así nos podía pasar a nosotros”.
Por otro lado, indicó: “Siempre vimos que en otros lados pasan estas cosas. Jamás pensamos que a mi hermana le podía pasar. Tratamos de ayudarla. Hasta ella pidió ayuda, por eso hizo la denuncia y en La Banda (por la Fiscalía) le dictaron una perimetral. Ojalá se hubiera podido evitar esto”.
“Nadie se imagina el dolor que sentimos, por saber que estuvo tirada a metros de la casa. Que estaba ahí, tirada con las cuchilladas y con sangre. Saber que estuvo agonizando y que, lamentablemente, nadie escuchó nada. Mi hermana estuvo tirada ahí —mientras señalaba el lugar donde se produjo el crimen— hasta la madrugada y nadie la pudo ayudar”, se lamentó Noemí.
En medio del dolor por el brutal crimen de Olga, en manos de su exesposo, quien no aceptaba la ruptura amorosa que había decidido la mujer, sus familiares y amigos comenzaron a despedirla a través de las redes sociales.
“Ojalá que el responsable pague por lo que le hizo a mi hermana. Ahora mis sobrinas van a estar con mi mamá, quien las va a cuidar como si fueran sus hijas”, indicó Noemí con mucho dolor.
