Ya mencionamos en columnas anteriores esta problemática. Puntualizamos los riesgos de que el gobierno que viene se encuentre sin recursos para poder salir de semejante crisis. El proceso se acentuó y cada vez queda menos dinero en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), la llamada “la plata de los jubilados”, que depende de la Anses. No solo pone en riesgo el sistema de reparto de jubilaciones y pensiones (no hay dudas de que Cambiemos quería fundir la Anses para volver al sistema de capitalización manejado por los bancos) sino que también privará al gobierno que viene de una herramienta fundamental para “apalancar” el crecimiento. Después del default interno y externo en el que Macri nos deja, tener esa caja propia era de fundamental importancia.
Recordemos brevemente la trayectoria del FGS. El gobierno anterior toma la decisión de volver los fondos del sistema de capitalización que regenteaban los bancos mediante las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) a un sistema jubilatorio estatal, de reparto y de solidaridad intergeneracional. Medida que el poder (financiero) económico nunca le perdonó a Amado Boudou. Por eso hoy está preso, no por otra causa. En ese entonces, además de destapar la olla de los negociados escandalosos y de las comisiones exuberantes que cobraban los bancos, en contraste de las jubilaciones de hambre que cobraban los jubilados, el FGS se conformó con poco más de 9 mil millones de dólares. El gobierno kirchnerista lo multiplicó por más de 7. Lo dejó en diciembre de 2015 con 67 mil millones de dólares. En el medio de este proceso de “capitalización”, la cobertura llegó casi al 100% de los mayores en edad de jubilarse, llegó la jubilación mínima casi al 82% móvil, las jubilaciones le ganaron siempre a la inflación y se actualizaba dos veces al año con el índice salarial de la economía. También hubo decisión política para financiar proyectos productivos subsidiando créditos, la construcción de las viviendas Procrear, la entrega de computadoras a escuelas de todo el país, entre otras medidas que llevaron al aumento de este fondo.
Los políticos y operadores periodísticos que en ese entonces eran oposición inventaron operaciones en contra de este sistema jubilatorio, añorando la vuelta del sistema de capitalización privado y, con el, las fabulosas ganancias. Ninguno de estos dirigentes políticos y periodistas denuncian absolutamente nada en estos días. El último dato conocido del FGS lleva ya varios meses y asciende a 33 mil millones de dólares. Pero teniendo en cuenta el ritmo de este desfalco, hay estimaciones de que al día de hoy ese fondo ya está por los 22 mil millones de dólares. Cambiemos literalmente desapareció el 70% del FGS en estos casi 4 años: 45 mil millones de dólares tirados por la canaleta de la usura financiera particular en beneficio de unos pocos delincuentes. Así como se lee: no se sabe adónde fueron a parar, aunque algunos rastros dejaron.
Desde sus primeros días en el gobierno Cambiemos viene liquidando acciones que tenía el Estado en más de 60 grandes empresas. ¿Adónde fueron los dólares de esas ventas? También la Anses destinó el FGS para prestarle a los propios jubilados, que no llegan a pagar los impuestos que este gobierno les impuso, ni a comprar los remedios que tanto necesitan. El colmo de los colmos: prestarle su propia plata a tasas usurarias.
Los últimos miles de millones se perdieron de una manera espantosa. Tres días antes del reconocimiento del default por el nuevo ministro Hernán Lacunza, el Comité Ejecutivo del FGS, donde participan los secretarios de Finanzas y Hacienda, Santiago Bausili y Rodrigo Pena, respectivamente, aceptó “recibir” Letras en pesos y en dólares que serán reestructuradas.
La semana pasada el Tesoro le “encajó” al FGS Letras en pesos por 35 mil millones y Letras en dólares por 275 millones, sabiendo que era dinero tirado a la basura. Tan ruinosa fue la operación, en perjuicio del estado, que ningún empleado de carrera quiso firmarlo. Tuvieron que hacerlo los desesperados funcionarios políticos, con Alejandro Maxit, secretario general de la Anses a la cabeza.
Recordemos estos nombres, sumados a los miembros del gabinete nacional con el presidente Mauricio Macri como principal responsable, porque si la justicia existe en este país, y obra de forma independiente (del poder político pero del económico también) los veremos desfilar por tribunales todos los días. El desfalco de estos 45 mil millones de dólares de “la plata de los jubilados” es de una gravedad extrema. Podríamos calcular la inversión pública que se podría haber hecho con esta suma de dinero. O también podríamos estimar cuánta inversión privada se podría haber financiado. Hubiera sido en ambos casos una oportunidad no sólo de seguir capitalizando el FGS, sino también de haber incentivado el desarrollo tan necesario para nuestro país. Por otro lado, queda claro que Cambiemos vino a privatizar el sistema de reparto. Si quedaran 4 años más, es lo que harían: volver a las AFJP.
