La fiscal Cecilia Gómez Castañeda espera la evolución de Érika Galván, la joven que resultó baleada en circunstancias que se investigan, a fin de dialogar con ella y recibirle testimonio, para determinar lo ocurrido el jueves último en el inmueble del capitalino barrio Ramón Carrillo, donde ella reside con sus dos hijos, y en el que estaba su expareja, un agente de Policía.
En diálogo con Nuevo Diario, la fiscal sostuvo que “el estado de la joven evoluciona pero aún es crítico, y es posible que la intervengan quirúrgicamente de nuevo, según se me informó”.
Por eso, a pesar de que la joven se encuentra consciente, los profesionales de la salud recomendaron a la fiscal aguardar hasta tanto se estabilice para tomar la declaración a la víctima.
Además, la Dra. Gómez Castañeda indicó que aún no hay imputaciones y que ordenó diversas medidas, como el secuestro del arma y los casquillos de bala, y el levantamiento de muestras para prueba de rodizonato de sodio en las manos de la víctima y del efectivo.
Por otra parte, la representante del Ministerio Fiscal comenzó a indagar en cuanto a los antecedentes relacionados al caso, tales como una exposición reservada que realizó la joven días anteriores, la cual ya se encuentra en manos de la fiscal para ser incorporada a las pruebas con las que cuenta hasta el momento la fiscalía.
Alrededor de las 11 del jueves pasado, la mujer estaba junto a su expareja —padre de sus dos hijos de 5 y 1 año— cuando aparentemente se desencadenó una discusión por la tenencia de los menores, que terminó con la joven herida de bala en la región abdominal, al parecer provocada con el arma reglamentaria del hombre, que es funcionario policial.
Este fue aprehendido y Jefatura de Policía le inició un sumario administrativo.
