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El País #ATodoONada

La historia del hombre que luchó con la "bestia" para salvar a su perro

Lo mató con su cuchillo. El felino le rompió la muñeca de una mordida y lo hirió gravemente.

Si este mismo día alguien le preguntara al baqueano Vicente Navarrete, poblador de un apartado campo de Río Negro, qué hizo el domingo, no tendría más remedio que decir la verdad aunque muy pocos le creerían. “Maté a un puma con mi cuchillo”, reconocería en un susurro. Nada más cierto.

 

El domingo pasado Vicente Navarrete (63) salió recorrer a caballo el campo junto a su esposa, Honoria Antefil, en la zona de Nahuel Niyeu a 42 kilómetros de Valcheta y a unos 300 kilómetros de Viedma.

 

No sabía que estaba por convertirse en la viva encarnación de Antonio José Bolívar Proaño, el famoso protagonista de la novela “El viejo que leía historias de amor” del escritor Luis Sepulveda que ha vendido más de un millón de ejemplares en todo el mundo. En esta historia el personaje pelea a muerte contra una trigresilla en una zona del Amazonas.

 

Cerca de las 15, después de recorridos unos 10 kilómetros desde su rancho, su compañera se dirigió hacia un sector distante para buscar unas vacas. De modo Inesperado su perro, el único que había llevado al arreo, viró en sentido contrario. El hombre lo siguió alerta. El aire algo se traía.

 

A los pocos metros encontró a su fiel amigo trenzado en una lucha desigual con un enorme puma de unos 100 kilos de peso. Una bestia de grandes patas y colmillos afilados. En gran parte de Río Negro el puma es considerado una plaga y su caza está permitida por la destrucción que provocan en los rebaños de chivas y ovejas de los pobladores rurales.Habitualmente miden entre 1,5 y 2,7 metros y suelen alcanzar los 80 kilos. Medidas mayores son extrañas, informa el portal de Clarín.

 

 

Navarrete se sumó a la contienda sin dudarlo. De seguir, su perro iba a morir abierto en canal, como suele ocurrir en estas ocasiones. A lo largo de su vida el baqueano había matado otros ejemplares, sin embargo, esta era la primera vez que lo hacía en solitario. Le lanzó varias puñaladas al felino que alcanzó a huir.

 

Navarrete y su perro no le dieron tregua siguiendo su rastro de cerca a sabiendas de que se trataba de un ejemplar peligroso. No lejos descubrió al animal y le lanzó un golpe con su boleadora que creyó fatal. El puma quedó en el suelo sin hacer movimientos. Sigilosamente el gaucho se acercó cuchillo en la mano. Entonces el puma se levantó y lo atacó.

 

De acuerdo a lo que Navarrete le dijo a su familia y la Policía de Río Negro, él y el animal iniciaron una lucha a muerte. A pesar de que logró ubicar un par de estocadas más el puma alcanzó a morderlo con tal fuerza que le quebró una muñeca. También recibió numerosos zarpazos en todo el cuerpo, los brazos y la cabeza y uno de ellos le abrió una vena por la que comenzó a sangrar profusamente.

 

En un último y desesperado esfuerzo Navarrete rodó con el animal por un cañaveral. A los pies de la cuesta ambos quedaron tirados en el suelo. El puma muerto. Navarrete a su lado, exhausto y mal herido.

 

Sin poder levantarse esperó a que alguien comenzara a buscarlo. Apenas pudo arrastrarse unos 200 metros y se encomendó a su suerte. Eran cerca de las 16.30.

 

Ante su prolongada ausencia, su esposa llamó a la medianoche al jefe de la comisaría de Valcheta. A partir de ese momento se montó un operativo que se prolongó a lo largo de todo el día. Sin luz natural, los integrantes de los Bomberos Voluntarios de la localidad encontraron al perro que estaba volviendo a su casa. Fue el animal quien los condujo hasta donde agonizaba su dueño. El grupo lo rescató a las 4,30.

 

“Aguantó más de 12 horas, perdió litros de sangre y estaba deshidratado”, le contó a Clarín su hija María Navarrete. “Mis hermanos volvieron a hacer todo el camino que hizo mi padre y encontraron charcos de sangre. Peleo con un animal muy grande de 100 kilos, después ya no pudo llegar hasta su caballo”, agrega.

 

Al ser rescatado, Navarrate mostraba señales de congelamiento y el cuerpo cubierto de su sangre y la del puma. Aun así, cuando una linterna lo iluminó levantó su cuchillo en señal de victoria.

 

El baqueano permanece hospitalizado en el hospital de Valcheta. “El paciente se recupera favorablemente”, informó el director del centro de Salud, Alejandro Solari.

 

“Lo que más preocupa es que el puma lo mordió y no es un animal doméstico, es carroñero por eso está con tratamiento intravenoso de antibióticos y están viendo cómo evoluciona”, explica su hija.

 

En la zona ha comenzado a circular rápidamente el rumor de que Navarrete venció a un puma de enorme tamaño. “Mi hermano había matado otros pumas, pero siempre iba con sus seis perros. Fue muy valiente, luchó por su vida”, le indicó a este diario su hermana María Navarrete.

 

 

 

 

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