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Opinión #Opinión

Cambiemos, corrupción, persecución política y terrorismo económico

Panorama económico, luego de la fuerte devaluación tras el desarrollo de las PASO (por el licenciado en Economía Federico Scrimini)

Nuestro país está viviendo momentos críticos. El panorama social y económico ya venía bastante complicado. 4 millones de nuevos pobres y un millón de nuevos indigentes solo en lo que va de este año, hasta el día de las PASO.

 

El lunes pasado, horas después de conocerse los resultados electorales desfavorables para el Gobierno, esta situación empeoró dramáticamente en unas pocas horas gracias a la devaluación. 500.000 personas cayeron ese día en la pobreza, un número importante habrá caído directamente en la indigencia. Hoy sabemos que este suceso de la suba del 25% del dólar que causó todo este descalabro en la sociedad fue intencional.

 

Ese lunes ningún banco realizó ninguna operación hasta que el Banco Nación no hiciera la primera jugada. Cuando el Banco Nación puso en la pizarra el nuevo precio del dólar, este fue de $ 51. Teniendo en cuenta que el mismo banco lo había cerrado a $ 46 el viernes anterior. Queda claro, de entrada que el Gobierno había tomado la decisión de devaluar. Luego, en el acta acuerdo con el FMI, el Gobierno argentino se había comprometido a que si el precio del dólar pasara los $ 51,45 (banda superior) podría utilizar 250 millones de dólares para plancharlo en ese valor.

 

Nada de esto sucedió. El presidente Macri se reunió con su Gabinete de ministros y luego de que los mercados cerraran la jornada, dio la famosa conferencia de prensa que confirmaba las sospechas. Le echó la culpa de la devaluación a los votantes de la oposición en un burdo intento de amenaza electoral.

 

Las encuestadoras de opinión en las redes detectaron que el 77% de las personas había tomado mal y muy mal la actitud del presidente y, por eso, el martes tuvo que salir a pedir disculpas. Martín Redrado lo denunció así este viernes pasado (que sus amigos en el Banco Central le confirmaron la orden presidencial de no intervenir), pero Roberto Navarro lo había hecho ya ese mismo lunes polémico en El Destape web. En estos días, el presidente Macri, el jefe de Gabinete Marcos Peña y el exministro Dujovne ya tienen una denuncia penal por parte de la Fundación por la Paz y el Cambio Climático, presidida por Fernando Miguez por “incitación a la violencia institucional y financiera, asociación ilícita y estafa”.

 

Inclusive, el viernes antes de las PASO ya había habido un movimiento bastante raro y oscuro de suba artificial de algunas acciones de empresas. La intención era mostrar que la inflación estaba bajando y que las acciones subían en los últimos meses de la gestión de Macri, para así conseguir algunos votos más. También hay pedidos de investigación dirigidos hacia la Comisión Nacional de Valores por este hecho.

 

En el tramo final de los 4 años de este 3° gobierno neoliberal, está sucediendo lo que siempre ocurre cuando las consecuencias sociales y económicas de estos programas de ajuste fiscal y transferencia de riquezas para unos pocos “ventajitas” ya no se pueden ocultar con ninguna operación de prensa.

 

De hecho, hasta los operadores pagos le están dando la espalda al presidente, después de haberse llenado bastante bien sus cuentas bancarias con los sobres en negro y las pautas publicitarias.

 

El canibalismo en el Gabinete de Cambiemos, de parte de ministros de Vidal para Macri, se debe a que tanto la gobernadora como el presidente tienen posibilidades muy pequeñas de remontar semejante diferencia. Todos los analistas indican que esas diferencias se acentuarán todavía más.

 

Poca o ninguna solución podrán traer las medidas que tomen nuevos ministros ya. Una baja del IVA de precios que nadie sabe qué valor tienen realmente, con una Secretaría de Comercio vaciada por este Gobierno tienen muy pocas chances de bajar el precio de los alimentos. Todas las medidas anunciadas, además, tienen fecha de vencimiento: son hasta fin de año. Estos anuncios, inclusive, ponen aún más nerviosos a los agentes económicos, provocando más nerviosismo e incertidumbre. Y aclaremos que agentes económicos somos todos. Desde los consumidores, pasando por los comerciantes y empresarios, hasta los mercados internacionales: todos. Porque el mensaje es que aguantemos artificialmente hasta diciembre.

 

Después de las elecciones entonces todo volverá a subir: alimentos, tarifas, el dólar mismo, es decir, todo.

 

Ya mencionamos las dos bombas nucleares que nos deja Cambiemos: la deuda externa y la bomba de las Leliq. Ambas en default. Deja al gobierno futuro atado de pies y manos, con muy pocos grados de libertad. De nuevo, luego de cualquier reestructuración, quedará ese 7% de fondos “buitre”, que nunca quieren arreglar una reestructuración de deuda porque su intención nunca es (ni fue) prestar dinero para cobrar intereses normales.

 

Los fondos “buitre” compran los bonos de deuda una vez que el país está en default, a centavos de dólares, para luego exigir en un Juzgado municipal de Nueva York que le paguen 50 veces más. Como estamos en default desde febrero de 2018, yo empezaría a ver quiénes son los que estuvieron comprando esos bonos. Al igual que el crédito de los 60.000 millones de dólares que el FMI le prestó a Macri, en contra del artículo 4 de la constitución del FMI. El FMI siempre supo que esa deuda es impagable. Entonces, ¿hasta cuándo vamos a pagar deudas ilegítimas con el sudor, la sangre y las lágrimas de nuestra gente? Una cosa es una deuda adquirida de buena fe y otra cosa es una deuda fraudulenta. Alguna vez en nuestra historia nos tendremos que poner los pantalones largos y pelear hasta las últimas consecuencias esta lucha. Y alguna vez tendrían que responder con sus propios patrimonios estos ministros que juegan a la ruleta rusa con el sacrificio del pueblo. Venga Dujovne, usted que ganó 27 millones sentado ese lunes de la devaluación intencional y colabore un poco. No sea tan desgraciado. No huya, no sea cobarde.

 

Terminamos con las palabras de Verbitsky en el Cohete a la Luna: “El presidente Mauricio Macri deambula con las piernas de gelatina, trastabillando, recostándose contra las sogas, aferrado al cuerpo del rival e incluso a sus rodillas. A diferencia de lo que sucede en una pelea de boxeo, el adversario no busca que caiga, sino sostenerlo para que no se desplome”.

 

El problema que tenemos es que este capricho de niño rico que no le gusta perder, puede causar mucho daño más todavía. Desde dejarnos sin ninguna reserva hasta matar a más gente de hambre. Por favor, que lleguen pronto octubre y diciembre.

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