Al menos diez personas, seis de ellas niños, murieron ayer en bombardeos de cazas del régimen sirio y su aliada Rusia en el sur de la provincia de Idleb, el último bastión opositor y donde también se hallaron bajo los escombros otros dos cadáveres de civiles desaparecidos hace tres días. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó en un comunicado que una mujer y sus seis hijos fallecieron en un bombardeo en el pueblo de Der Sharqi, mientras que otros tres hombres murieron en otros dos puntos del sur de Idleb. Uno de esos fallecidos era un desplazado interno, según la G, con sede en Londres y una amplia red de colaboradores sobre el terreno. Finalmente, fueron hallados bajo los escombros de un edificio en la localidad de Jan Shijún los cuerpos sin vida de otras dos víctimas de bombardeos, que habían sido dadas por desaparecidas el pasado 14.
