El notable -y a la vez polémico- investigador estadounidense Sam Parnia, de la Universidad de Nueva York, continúa en la búsqueda de dilucidar qué es lo que pasa en ese momento en que un ser humano pasa de estar vivo a fallecer. Un estadío que plantea un sinfín de preguntas que no encuentran respuestas fehacientes. Y por lo que se evidencia de los últimos dichos del científico ya no parecen ser pura incógnita. Es que para el facultativo, cuando fallecemos, durante unos minutos somos conscientes de que estamos muertos, informó Crónica.
El doctor Parnia estudió infinidad de casos y testimonios de personas que sufrieron un paro cardíaco y luego de ese proceso retornaron a la vida. Al respecto, Parnia explicó que muchas de estas personas eran conscientes de que los médicos y enfermeros estaban trabajando a su alrededor, escuchaban sus conversaciones y veían cosas que estaban ocurriendo, según declaró a la revista especializada Live Science.
Caso específico
En el caso concreto de un hombre objeto de su estudio, el doctor Parnia afirmó que ese paciente experimentó conciencia consciente, valga la redundancia, durante tres a cinco minutos en ausencia de una actividad cerebral detectable cuando no debería ocurrir ninguna experiencia humana.
El doctor Parnia, ahora especialista en cuidados críticos y reanimación en el NYU Langone Medical Center de Nueva York, cree que la conciencia humana puede continuar después de que el corazón deje de latir por un período de tiempo indeterminado.
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Este estudio plantea la posibilidad de que la mente y lo que nos hace ser quienes somos, no se origine en el cerebro y puede ser una entidad científica separada, sin descubrir, de naturaleza similar a las ondas electromagnéticas que pueden transportar sonido e imágenes.
Técnicamente, la muerte se produce cuando el corazón deja de latir y en ese momento se interrumpe el suministro de sangre al cerebro. El cerebro deja de funcionar y ya no puede mantener el cuerpo vivo. Entre 2 y 20 segundos, el cerebro deja de emitir señales. "Cuando morimos, esa entidad que llamamos conciencia o el yo, no se extingue de inmediato", afirma ahora Parnia.
Tras los estudios de Parnia, los científicos aseguran que esta respuesta cerebral puede variar mucho, dependiendo del paciente. Además de estos hallazgos y también en relación con la muerte, el investigador afirma que las personas que regresan de una muerte clínica (aceptando que estaban técnicamente muertas), a menudo se transforman por completo en otras personas. "Se vuelven más altruistas, menos egocéntricos, más comprometidos con ayudar a los demás. Tienen menos miedo a la muerte, porque ya la han sentido. Ellos ven el mundo de una manera diferente", explicó Parnia.
