Es sabido por todos que durante la Semana Santa, los cristianos optan por no comer carne y eligen los pescados y mariscos, algunos durante toda la semana.
En realidad, en ningún pasaje de la Biblia se alude directamente a esta prohibición, pero debido a que en Semana Santa, comenzada el Domingo de Ramos y que culminó ayer con la celebración de la Resurrección de Jesús, esta tradición se instauró como una manera de honrar la penitencia del propio Hijo de Dios, que pasó 40 días en el desierto en ayuno.
“Desde temprano”
En la jornada de ayer, las carnicerías de la ciudad Capital tuvieron un “mayor flujo de consumidores que en toda la semana”, manifestaron a este medio. Nuevo Diario consultó, además, por las compras que realizaron los clientes y de acuerdo a lo informado por Pedro Segura, encargado de la caja de una carnicería del barrio Siglo XX, manifestó que “la gente ha venido desde temprano, a las nueve de la mañana ya teníamos al menos 5 personas que buscaban asado, es lo que más hemos vendido”, expresó. Asimismo, indicó que “por lo de Semana Santa, si bien no se ha notado una gran disminución, se ha vendido menos que años anteriores, pero esto lo atribuyo a la situación económica por la que atravesamos”, enfatizó.
Por otra parte, contó que “el precio de un kilo de asado es de $ 240”. Mientras que los cortes más económicos y solicitados son puchero con un precio de $ 80 el kilo y carne picada a $ 140, pero el fin de semana la gente eligió por sobre todas las cosas comer asado”.
Seguidamente, relató que “los cortes más costosos son aquellos que usualmente se compran para milanesas como peceto y nalga que valen entre $ 250 y $ 305, mientras que luego siguen en la lista la cuadrada y bola de lomo con precios de $ 230 y $ 280”.
Ni el clima pudo con la celebración de la Pascua de Resurrección ya que, a pesar de la intensa garúa que precipitó durante toda la jornada, las familias compartieron el tradicional asado de los domingos.
