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Espectáculo #Farándula

La China Suárez habló de su relación con Vicuña: " Le cuesta asumir mi libertad "

La protagonista de Argentina, tierra de amor y venganza contó los detalles de su convivencia con el padre de Magnolia

Tres años en pareja, una hija y ninguna crisis conyugal que haya pasado a mayores denotan la solidez de la relación entre la China Suárez (27) y Benjamín Vicuña (40), consignó Contexto.

 

Los padres de Magnolia (1) no solo comparten el hogar sino que además coinciden en las grabaciones de Argentina, tierra de amor y venganza, como también compartieron proyectos en cine con El Hilo Rojo o Los Padecientes.

La fortaleza de este vínculo personal y laboral sorprendió a la propia actriz, quien confesó su escepticismo respecto del amor. “Nunca creí que tendría una relación por más de un año. Estaba convencida de que no servía para la vida en pareja. Y encontré a alguien que cede mucho por mí. Mucho más que lo que yo pudiera. Estoy demasiado plantada en lo que quiero. Y ahí sí que soy muy egoísta. Tal vez por tener que preservarme en este medio desde muy chica. Los dos sabemos que no voy a postergarme por nadie más que por mis hijas”, admitió en diálogo con la revista Gente.

Aunque no todo es color de rosa en este romance entre dos artistas, y la China reveló el punto débil de Benjamín: “A veces le cuesta asumir mi libertad. Él es muy de la familia pegoteada en el sofá. Y por ahí no entiende mi necesidad de espacio. Al principio creyó que yo era fóbica. Pero no, amo mis momentos de soledad. Y si estoy en casa, Benja quiere estar encima (risas). Entonces me encierro, me tiro en un rincón a mirar un árbol por horas, o a ordenar un placard, sin querer que me hablen”.

Al final, la China Suárez explicó la fórmula que encontró junto a Benjamín Vicuña para evitar las discusiones y animarse a planificar una boda para fines del 219: “No llegamos al conflicto. Porque el conflicto me da fiaca y en las peleas se va mucha energía. Si el otro está de mal humor, nos hacemos lugar. No nos quemamos con esa cosa psicótica del ‘decime qué pasa’, ‘algo tenés’, ‘decilo ya’. Una vez Gabriel Rolón, en tiempos en que era mi terapeuta, me dijo que en esos momentos lo mejor es mirarse y preguntarse, ‘¿vamos a separarnos por esto?’. Es una buena práctica. Se redimensiona enseguida. Y en esta instancia en que nos conocemos tanto, Benja y yo sabemos que no queremos salir corriendo”.

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