Pese a la adversidad que la vida las obligó a pasar, Yanina y Juliana se volvieron inseparables. Hermanas y confidentes, una vive al lado de la otra, sin importar las circunstancias que les toque atravesar. Juliana pelea por su vida, luego de que fuera acuchillada por su expareja, Sergio Rivero, el fin de semana en el barrio Los Lagos. Yanina cuida de su sobrino y, junto a sus padres, esperan la pronta recuperación de su hermana.
“Gracias a Dios mi hermana está bien y se encuentra fuera de peligro”, empezó la entrevista Yanina, mientras confesaba: “Se despertó. Se levantó. Gracias a Dios está recuperándose. Ha vuelto a vivir mi hermana, ha vuelto desde allá para quedarse con nosotros. Gracias a Dios está bien y se recupera”.
Sobre el estado de salud de “Yuli”, quien presenta tres puñaladas que complicaron órganos vitales, confesó: “Los médicos están analizando pasarla a terapia intermedia. Se despertó y se encontró con todos los aparatos encima, por lo que se puso mal e intentó arrancárselos. Es algo horrible lo que nos pasó. Nunca pensamos que esto nos podía suceder. Nadie se esperaba algo así. Más aún mis padres, que son los que dan todo por los hijos. A ella vino un enfermo y todo lo que le hizo, por celos”.
Finalmente, Yanina agregó: “Gracias a todos los que están orando por mi hermana, ella se está recuperando bien. A los que se preocuparon por ella y rezaron les agradezco. Uno nunca se imaginó que esto iba a terminar así. A pesar de todo, tuvimos a la familia y amigos que nos acompañaron. Les pido que continúen con las oraciones para que salga adelante”, solicitó la joven.
El acusado habría contado su versión de los hechos
Juliana Paz presenta mejoría en su salud y espera ver a su hijo de siete años que tiene en común con su agresor, Sergio Rivero.
Se conoció que la causa fue girada por el fiscal Pablo Moya a la Oficina de Violencia de Género de la circunscripción Banda y Robles, que recibió los informes médicos forenses de “Yuli”, como también las conclusiones de las pericias realizadas al cuchillo, el automóvil y a los celulares secuestrados.
Ayer, Rivero, de 35 años, fue indagado en la Fiscalía, donde habría contado su versión de los hechos.
En los próximos días se definirá el futuro procesal del sujeto, quien se encuentra aprehendido desde el día en que se produjo el grave ataque.
