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Opinión #G20

Sin pan pero con mucho circo

Por Federico Scrimini / economista del CyAC

A alguien del gobierno este año se le escapó la frase 'Si no hay pan, que por lo menos haya circo', y mandaron toda serie de operaciones distractoras habidas y por haber, la especialidad Duranbarbezca de Cambiemos. No podíamos dejar pasar la ocasión para mencionar este circo que fue el G20 en nuestro país. Tenemos 3.000 Millones de dólares de razones para verlo así (eso nos salió la jodita). Sobre todo porque, además de un capricho presidencial de ver andar 'la bestia' por la Libertadores, esta cumbre le dejó al país más deuda aún, aunque quizás también una de las pocas medidas acertadas en los 4 años de mandato de Cambiemos. Para concretar los 37 acuerdos con China no hacía falta tanto circo.

 

Dejemos de lado el folklore a los que nos tienen acostumbrados los funcionarios de este gobierno y los 'periodistas pagos' (especialistas ahora en protocolos internacionales y vestidos de primeras damas). La Vice que llegó tarde a recibir al presidente de Francia y que lo dejó saludando solo al banderillero, que el evento nos salió tanto dinero pero no tenemos para darles un bono a los jubilados ni aumentar a los docentes y AUH, que vimos más guardaespaldas que porteños trasladándose a sus trabajos, etc. etc. Veamos un poco cómo está el panorama internacional, ya que tuvimos semejante evento este fin de semana.

 

Asia actor central

 

La realidad económica mundial ha cambiado mucho desde 1990 a hoy en día. En estos años, durante los cuales tomó fuerza la globalización económica y financiera, cambió drásticamente la balanza internacional del poderío económico de las naciones líderes. Prestemos atención, sino, a la distinta evolución del PBI de las mayores naciones que integran en la actualidad el foro internacional que se reunió aquí en Argentina.

 

El G-20 es un grupo de naciones constituido en el año 1999 y el PBI de sus países miembros alcanza hoy al 80% del PBI mundial. En 1990, la agrupación de las economías más industrializadas, el G-7 (Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido) representaban el 50% del PBI mundial. Y las cuatro grandes naciones asiáticas (China, India, Indonesia y Corea) el 11%. Hoy esas proporciones cambiaron sensiblemente. El G-7 hoy bajó su participación del 50 al 30% del PBI mundial y las economías asiáticas la subieron del 11 al 30%, es decir, las acaban de igualar. En 1990 la economía de los Estados Unidos era más de 5 veces mayor que la de China. Hoy el PBI Chino es casi un 20% mayor al de Estados Unidos. Y las proyecciones del mismo FMI indican que en el 2023, estas cuatro naciones asiáticas tendrán un PBI un 30% mayor a las del G-7. Esta tendencia se explica por varios factores. Pero el fundamental es que China invierte anualmente el 44% del PBI y Estados Unidos el 21%. Gran parte de esa inversión es del…Estado! La última joyita es el puente más largo del mundo sobre el mar, 55 kilómetros de largo que costó 20.000 Millones de dólares (es inevitable traducir, en vez de a jardines de infantes, como lo hacía Cambiemos en campaña, a puentes más largos del mundo no? Con el préstamo del FMI nos haríamos 3… Pero con la deuda pedida por cambiemos en estos 3 años serían 7! En total 10 puentes más largo del mundo! En cambio se hicieron dos jardín de infantes!)

 

La Doctrina Monroe

 

En su mensaje original al Congreso de los Estados Unidos, en 1823, el presidente James Monroe, expresó que Estados Unidos iba a 'considerar todo intento de Europa para extender su sistema a cualquier nación de este hemisferio, como peligroso para nuestra paz y seguridad'. Salvo algún desvío fugaz en su historia, Estados Unidos rigió su accionar internacional teniendo a esta doctrina Monroe como su guía. Hoy, sigue más vigente que nunca. Y justamente por la presencia y la proyección de China y Rusia en la región, es que Trump recupera la esencia de Monroe. En 2014, la financiación total otorgada por China a la región ascendía a 22.000 Millones de dólares, un 70% más que la ofrecida el año anterior y más que todo el desembolso del Banco Mundial y el BID juntos. Fue la luz de alerta para Washington, que intensificó la estrategia de debilitamiento a los gobiernos populares y de fomentar líderes regionales aliados, como Macri en Argentina (no hay más que leer el libro 'Argenleaks', de Santiago O'Donnell, para ver a casi todos los políticos oficialistas pasar por la Embajada de los Estados Unidos informar y a pedir libreto. Sí, hasta Sergio Massa figura)

 

En 2017, el entonces secretario de Estado, Rex Tillerson (reemplazado luego por Mike Pompeo) habló sobre Latinoamérica en la Universidad de Texas. Tillerson identificó dos contrapartes amenazantes para los intereses estadounidenses en América Latina. Rusia, cuya presencia creciente en la región 'es alarmante', y China, que 'tiene una apariencia atractiva' pero en realidad conduce a una 'dependencia de largo plazo'. Para concluir que 'la Doctrina Monroe es relevante actualmente como lo fue el día en que fue escrita'.

 

Encrucijada

 

Tenemos entonces dos opciones, según este nuevo escenario mundial. Lo que no quiere decir que Trump y Estados Unidos lo acepte, claro está. Mientras tanto, vía el FMI, intenta salvar este nuevo intento (después de la fallida intervención neoliberal de los '90) con este nuevo préstamos de los 57.000 Millones de dólares, aun habiendo entrado en zona de default. En la región son mayoría los gobiernos neoliberales hoy y a favor de Estados Unidos, salvo el caso de Venezuela y del incipiente modelo revolucionario de López Obrador en Méjico. El camino de Estados Unidos, el FMI y los planes de ajuste que traen estas crisis, que ya sabemos cómo terminan. O apostar al eje Sur-Sur más Rusia.

 

Por primera y última vez voy a aplaudir los 37 acuerdos con China, que seguramente pueden ser perfectibles, si es que un equilibrio puede encontrarse en el comercio internacional entre un país pequeño y uno grande.

 

El próximo gobierno se encontrará atado de pies y manos. Con una Deuda impagable, en Default, con una economía en caída libre, con los Fondos Buitres de nuevo entre nosotros, impidiéndonos cualquier grado de libertad de acción que posibilite un programa económico de soberanía, crecimiento y redistribución progresiva de la renta de nuevo. Sea del signo político que sea, el próximo gobierno tendrá que reestructurar la deuda, logrando una quita aun mayor que la que consiguió Néstor Kirchner (esta deuda que nos deja Cambiemos es del doble de la que teníamos en el 2015). La única salida posible es renunciar al CIADI y a la jurisdicción de Manhattan de la deuda y profundizar esta alianza con China, Rusia, India y los tigres asiáticos.

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