El niño de 4 años se mostraba reacio a ir al jardín de infantes. No quería ponerse su uniforme y manifestaba su decisión de quedarse en la casa. Con la llegada del menor al establecimiento escolar, los signos de rechazo se agudizaban. El niño temblaba al ver a las maestras jardineras y no quería quedarse en la sala de una unidad educativa de la zona oeste de la ciudad Capital.
La preocupación generó que la madre comenzara a realizar averiguaciones entre el personal de seguridad, quienes custodian el local escolar del Nivel Inicial. Le contaron que los niños son maltratados por algunas docentes. De acuerdo con su investigación, las maestras les gritan a los niños, los dejan en un rincón de la sala si lloran, los encierran en el aula y les apagan las luces, los llevan a los tirones si tratan de “escaparse” y hasta vieron a su hijo tomar agua del inodoro porque las docentes no querían saciar su sed.
La madre lloró de impotencia y se trasladó hasta la unidad educativa, donde ingresó a la sala de su hijo y lo encontró parado en un rincón, mirando la pared. Quiso hablar con la directora, pero no estaba. Finalmente, se entrevistó con una docente, a quien le dijo que su hijo no asistiría más al jardín y que realizará una denuncia por los maltratos que sufren los chicos. La mujer se trasladó hasta la sede de la Comisaría Primera del Menor y la Mujer, donde realizó una exposición reservada y contó todo lo que averiguó.
Si bien no hizo la denuncia penal, los detalles de la exposición habrían sido comunicados al Ministerio Público Fiscal para que analizara si es factible que la Policía o los profesionales de la Dinaf realizaran un relevamiento en el jardín de infantes.
