El ruido de los motores y las charlas de la gente inundaban la “city” santiagueña. Sin embargo, no pasó desapercibido el llanto de dos niños de 2 y 3 años. Provenía de un auto estacionado en 24 de Septiembre, entre 9 de Julio y Urquiza. Era el mediodía de ayer. Estaban solos y encerrados. El hecho generó la presencia policial y los niños fueron rescatados e hidratados. Momentos después arribó el padre de 60 años y domiciliado en el Bº San Martín. Dijo que fue a hacer unos trámites y que los niños lloraban porque estaban “asustados”. Fue trasladado a la comisaría.