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La Provincia #NuevoDiarioHablóConLaGente

Celulares: un mal necesario que puede terminar en una obsesión

En los últimos años, la evolución de estos aparatos ha ido en aumento, pero... ¿Podríamos vivir sin ellos?

El uso del teléfono celular se ha convertido en un hábito cotidiano para la mayoría de las personas.

Esto supone el riesgo de caer en la adicción, una nueva patología denominada “nomofobia”.

El miedo a salir de casa sin el teléfono encima es su principal síntoma, así como mirar constantemente si existen notificaciones o actualizaciones. Muchas personas alegan la necesidad de usar en el trabajo o en sus estudios. Consideran necesario este dispositivo para poder realizar bien sus tareas. Pero, ¿cuáles son los usos más frecuentes que las personas hacen del celular?

Los más simples y comunes son las llamadas, mensajes, fotos, música, organización personal e Internet. Algo que diariamente la mayoría de la sociedad lleva a cabo, sin dar importancia al tiempo que se emplea mirando la pantalla del Smartphone.

La mayor capacidad de almacenaje permite llevar encima todo tipo de aplicaciones, cuentas, tareas o archivos, entre otros. Los avances ofrecen la posibilidad de realizar pagos y transferencias bancarias, una de las más recientes novedades, que se extiende rápidamente. O un seguimiento personal, contabilizando pasos, pulso cardíaco, vasos de agua diarios, ejercicios, o dietas. Nuevo Diario salió a la calle a indagar sobre la posibilidad de levantar la cabeza de los aparatos móviles y las respuestas fueron básicamente las mismas: “Yo no podría vivir sin celular porque lo necesito para trabajar, para saber permanentemente en donde está mi hijo/a, para hablar con familiares que están lejos”, aunque otro grupo afirmó que sí sobreviviría a la ausencia del aparato electrónico.

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