Ubicada en lo profundo del interior santiagueño, la comunidad de San Félix cuenta con una particularidad llamativa. Sus hombres y mujeres son —en su totalidad— afrodescendientes, que derivan en su mayoría de la comunidad de esclavos que allí se originó. Sin duda, un dato que explica cómo la sangre negra tiene mucho que ver con nuestra provincia.
La profesora Rosa María Conca describió brevemente la historia en su exposición “La presencia de ‘lo negro’ en Santiago del Estero” en unas jornadas del NOA sobre la temática: “Cabe señalar que Santiago del Estero cuenta con la particularidad de un pueblo en el que todos sus pobladores —unas 40 familias— son afrodescendientes. Se trata de San Félix, en el Dpto. Jiménez, a 130 Km. de la Capital. Entrevistamos a Carlos Torres, 6ª generación de los primeros habitantes, que aún vive en el lugar: “Dos esclavos libertos (con marcas a fuego en la piel) Julián Guerra y Felipa Iramaín se casaron y los que habían sido sus dueños, los Frías, les dieron una legua cuadrada, en este lugar. La primogénita de la pareja, Felipa Guerra, se enamoró de Félix Alderete, el capitán de montoneras que vino de la costa del río Salado para quedarse. El nombre del lugar —San Félix— hace honor a su nombre. Felipa era negra y Félix, rubio y de ellos surgió un linaje con distintas huellas de mestizaje (…)”.
En época de la colonia, fue paso obligado para los que venían bajando del Norte, desde Potosí, a través del Camino Real y hacia Córdoba y Buenos Aires. El paso del tiempo de los sucesos que se mencionan y como la comunidad se ha mantenido a pesar de ello, es sin duda lo que despierta la atención de académicos y la sociedad en general.
Al respecto, Pedro Ledesma, reconocido estudioso del tema, autor del libro “La Salamanca” y persona autorizada para hablar del tema, manifestó que “se habla mucho de los afrodescendientes, pero casi nadie explica cómo llegaron a Santiago del Estero, que fue la provincia que más esclavos tuvo”.
“La llegada de los esclavos a Santiago fue a través de un pedido del obispo Francisco de Vitoria, a fines del siglo XVI, que solicitó una licencia a Buenos Aires, para introducir 150 esclavos provenientes desde Brasil. El trayecto que debían cumplir los esclavos para llegar al país era muchas veces interrumpido por el accionar de los piratas, mayormente ingleses, esto obligaba a la continua búsqueda de caminos alternativos. A partir de esto, Santiago del Estero era paso obligado de todas las partidas de esclavos que iban hacia Potosí. Por consiguiente se comenzaron a formar comunidades de estos esclavos en el territorio provincial”.
En este sentido, Ledesma expresó que “para tomar una real dimensión de lo que estamos hablando, basta recordar que un censo sobre la población realizado en aquella época, arrojó que aproximadamente un 52% de los habitantes pertenecía a la comunidad afrodescendiente”.
Finalmente, explicó que “en la actualidad la comunidad afrodescendiente es muy grande en nuestra provincia y también existen ciertas personas, que no se reconocen como tal. Esto se debe a que todavía existen rasgos de discriminación y de estigmas que han quedado en nuestra sociedad hacia “la comunidad negra”; esto sin duda es algo a cambiar, no solo de nuestro lenguaje, sino de nuestra cultura”, concluyó.
