Juan Cruz Vega tiene 16 años. Vive junto a sus padres y sus tres hermanos en la manzana B del barrio Tabla Redonda, de la ciudad de La Banda. Es un apasionado del fútbol, que combina con las responsabilidades en su casa y el estudio.
Actualmente, Juan se encuentra cursando el 4º año en la Escuela Técnica Nº 6. Responsable y generoso, son las características que priman en la personalidad de un adolescente que hoy pelea por su vida en una cama de la Unidad de Terapia Intensiva del hospital Regional.
La vida de Juan cambió rotundamente en la tarde del domingo. Durante la semana pasada, el adolescente y sus amigos con quienes juega al fútbol pactaron un encuentro deportivo. La cita era en la cancha ubicada en el barrio La Fraternidad. Los rivales era un equipo del barrio Los Álamos.
Cerca de las 19.30, se llevó a cabo el encuentro deportivo. El partido se desarrollaba con normalidad, hasta que un amigo de Juan sufrió una infracción. En medio del evento, las fricciones propias del juego desembocaron en el enojo de los rivales de Juan.
Los jóvenes del barrio Los Álamos comenzaron a agredir a Juan y a sus amigos. El estudiante intentó mediar entre los agresores y su equipo. Pero en cuestión de segundos se desató una brutal agresión. Vega fue interceptado por aproximadamente cinco personas, quienes le propinaron golpes de puño en el rostro y la cabeza. Lo arrojaron al piso y le propinaron puntapiés en diversas partes del cuerpo. Vega fue socorrido y trasladado a su casa. Le contó a su padre, Daniel Sebastián Vega, los pormenores del incidente. Luego, Juan Cruz fue internado en el hospital Regional grave.
“Hoy ya no podemos mandar a nuestros hijos a jugar al fútbol”
Daniel Vega vio a su hijo descompensarse entre sus brazos: “Llevamos a mi hijo al hospital de La Banda, le hicieron una placa y lo medicaron. Estábamos volviendo a la casa cuando Juan me dice que no le calmaba el dolor. Lo traje al Regional. Eso le salvó la vida. Está muy mal y los médicos nos indicaron que su estado de salud es grave”.
Vega, quien está junto a su familia en el hospital Regional, reveló: “Hoy ya no podemos mandar a nuestros hijos a jugar al fútbol, porque no sabes qué le puede pasar. Mi hijo es un chico sano que está muy grave. Por favor, le pido a la gente que vio el incidente y si conoce a los agresores que colabore con la Policía. Mi hijo no se merece terminar así”.
