El ajuste que demanda el FMI y que se dispone a cumplir el Gobierno se monta sobre un panorama social muy complejo.
Los números reales de los argentinos, y sobre todo de los niños, están muy lejos del imaginario de las vacas gordas y la abundancia de una Argentina de otras décadas. Así lo muestra el último trabajo sobre infancia del Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina.
Las conclusiones de este exhaustivo estudio coordinado por Ianina Tuñón indica que 1 de cada tres niños de 0 a 17 años, se alimenta en comedores o en la escuela, en alguna de las políticas alimentarias directas, sea escolar o comunitaria (comida, copa de leche, etc.).
Cifras cruciales
En un país de unos 43 millones, la pobreza alcanza a 8 millones de niños y adolescentes —siempre en la franja del estudio, de 0 a 17 años—. Se trata del 62,5% de los niños argentinos.
En esta forma de abordar la pobreza, “multidimensional” y según criterios más actualizados que los que por ahora utiliza el Indec, se miden “distintos niveles” de pobreza. Así, 2 de cada 3 niños y jóvenes tienen necesidades no atendidas sea en nutrición, vivienda, saneamiento, salud o
educación, de acuerdo al Observatorio de la UCA que dirige Agustín Salvia.
Desde 2012
El drama va más allá de la crítica a un gobierno. Estos números se mantienen constantes al menos desde 2012. Y lo que es peor, el estudio (las estadísticas llegan siempre con atraso relativo) es de 2017. Nada indica que las cosas puedan haber mejorado, sino más bien lo contrario.
La ayuda del Estado, consideran los especialistas, es clave para que la situación no se agrave aún más. Casi el 25% de los niños habita viviendas precarias, y el 22% lo hace en condiciones de hacinamiento (más de 3 personas que comparten una habitación).
Los más vulnerables
Casi el 53% depende de los servicios públicos de salud, es decir, no cuenta con obra social, mutual o prepaga. Más del 22% no fue al médico en el último año, y más del 45% de los que tienen de 3 a 17 años no vio a un odontólogo en los últimos 12 meses.
La crisis actual impacta sobre los sectores más vulnerables, y sobre todo los niños y los más jóvenes. Se ha perdido empleo registrado en los últimos meses (27 mil ocupaciones menos en mayo último), y aún en el Gobierno advierten que vienen los meses “más complicados”.
Nuevas estadísticas
En septiembre u octubre se conocerán las nuevas estadísticas oficiales de pobreza. Vale recordar que la última medición, que se dio en marzo sobre el 2º semestre de 2017, fue una buena noticia: una baja al 25,7%, tras el 30,3% del 2º semestre de 2016, y el 28,6% del 1º semestre de 2017.
Los expertos anticipan que tenderá más al 30%, otra vez. Y eso porque medirá el 1º semestre de este año. Desde julio las cosas van peor: un semestre de ajuste y malas noticias que anticipan mayor pobreza, con índices que se conocerán recién en marzo de 2019.
