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Opinión

El aborto abrió la grieta entre el Papa y Macri

El Santo Padre está enfurecido porque se dio paso al debate y teme que el proyecto avance.

Es sabido que el papa Francisco y Mauricio Macri nunca se tuvieron simpatía. El último capítulo, Francisco está enfurecido con el presidente por haber habilitado el debate del aborto legal, ya con media sanción de Diputados. Hace días, tras la aprobación en Diputados, el Papa comparó el aborto con el exterminio del nazismo, pero con “guantes blancos”.

 

No es lo que dice el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, que nada habla de fetos con “malformaciones”.

 

Las causales de aborto más allá de las 14 semanas son las mismas que en el Código Penal actual, de 1921: imposibilidad de vida extrauterina del niño por nacer.

 

¿Qué quiso decir entonces el Papa? Porque no se refirió específicamente al proyecto en discusión.

Según fuentes eclesiásticas y políticas, la verdadera preocupación de Francisco es que el avance en Argentina pueda tener un efecto dominó en América latina.

 

África y aborto

 

La región, donde pisa fuerte la Iglesia más que en ninguna otra parte del mundo, es junto con África donde las restricciones al aborto son mayores (excepciones, Cuba y Uruguay).

 

En el hemisferio norte y los países desarrollados el aborto no tiene casi restricciones.

En el sur, se suman a este mapa “verde” Sudáfrica y Australia.

 

El Papa habla desde Italia, que legalizó el aborto en 1978 (el 40° aniversario de la “ley 194”, que permite interrumpir el embarazo antes de los 90 días de gestación, se cumplió el 22 de mayo).

 

A fin de mayo pero de este año, Irlanda, bastión católico si los hay, aprobó por 66% a 33% en referéndum una ley de aborto, que será sancionada antes de fin de este año. 3.500 irlandesas se movilizan al año para abortar a países vecinos (muchas a Inglaterra).

 

Un dato de Irlanda: el referéndum que suprimió la Octava Enmienda de la Constitución que equiparaba la vida del feto con la de la madre, ganó por la positiva en el campo y la ciudad, en todos los niveles sociales y edades, excepto, los mayores de 65 años.

 

Tratamiento

 

Algunos paralelos podrían hacerse con la Argentina, donde más allá de núcleos militantes duros feministas, el tema del aborto se aborda con naturalidad antes impensada, entre los menores de 30 años.

 

Cuando la Casa Rosada habilitó el debate en marzo, parecía muy difícil que fuera a pasar por Diputados, e imposible en el Senado. La aceleración es asombrosa.

 

En el Senado

 

La vicepresidenta Gabriela Michetti (antiabortista) está bajo fuego por haber girado el texto que le llegó de Diputados a cuatro comisiones, lo que es interpretado como un intento por dilatar el debate.

 

Macri está en una situación extraña. Abrió la puerta al aborto, pero el PRO está entre los más conservadores.

En Diputados, 37 votaron en contra, 17 a favor; y solo un senador de 10 macristas hasta ahora se pronunció a favor (Humberto Schiavoni).

 

La Rosada se mantiene prescindente del debate, lo que le depara críticas de ambos lados.

 

Sin tapujos, el obispo Jorge Lugones, muy cercano al Papa, dio su apoyo explícito al paro nacional de hoy, que se anticipa será contundente.

 

¿Tienen que ver una cosa y la otra? No necesariamente. Lugones es titular de la Pastoral Social, y la Iglesia siempre es sensible a la cuestión social.

La devaluación del 50 por ciento este año genera más pobreza y un perjuicio para los asalariados, y los obispos desde siempre han sido una voz en situaciones de crisis.

 

 

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